Un grupo de 29 organizaciones de derechos humanos y otros 160 activistas y personalidades enviaron una tabla de este joven a los cancilleres de América Latina, el Caribe y Europaen el que piden darle máxima prioridad a la grave crisis democrática y humanitaria por la que atraviesa Nicaragua.

(Lea aquí: Las reformas con las que Daniel Ortega afila sus movidas dictatoriales en Nicaragua)

En la tarjeta, que también fue dirigida al canciller colombiano Álvaro Leyva, los firmantes piden conformar la semana entere un grupo de países amigos del pueblo de Nicaragua, para que se garantice una respuesta multilateral, coordinada y de alto nivel frente a las acciones del Presidente Daniel Ortega.

«Los abajo firmantes, víctimas del gobierno de Nicaragua, en conjunto con organizaciones nacionales e internacionales de derechos humanos, nos dirigimos para solicitar que su gobierno priorice la situación en Nicaragua en el marco de la próxima Cumbre Unión Europea (UE) – Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) prevista para los días 17 y 18 de julio en Bruselas. En particular, instamos a que proponga un Grupo de amigos del pueblo nicaragüense para garantizar una respuesta multilateral, coordinada y de alto nivel ante la grave crisis de derechos humanos y humanitarios que vive el país”, dice el mapa obtenido por este diario.

La misiva es encabezada por la organización estadounidense Human Rights Watch (HRW), Cejil, la Federación Internacional por los Derechos Humanos (FIDH), la Fundación para el Debido Proceso (DPLF), el Instituto Internacional sobre Raza, Igualdad y Derechos Humanos (Raza e Igualdad), el Servicio Internacional para los Derechos Humanos (ISHR), la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (Wola), EU-LAT Network, Civil Rights Defenders y otras organizaciones de la sociedad civil en Nicaragua.

Juanita Goebertus, directora de la división de las Américas de Human Rights Watch.

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La crisis de derechos humanos en Nicaragua requiere una respuesta firme y sostenida de los gobiernos democráticos de América Latina y Europa

Así mismo, cuenta con el respaldo de nicaragüenses en el exilio y exreos políticos de diversos sectores, incluyendo prestigiosos escritores, como Sergio Ramírez y Gioconda Belli; reconocidos periodistas, como Carlos Fernando Chamorro; exreos políticos, incluidos Félix Maradiaga, Medardo Mairena, Dora Téllez y Juan Sebastián Chamorro; y defensores de los derechos humanos, como Bianca Jagger y Tamara Dávila.

“La crisis de los derechos humanos en Nicaragua requiere una respuesta firme y asistencia a los gobiernos democráticos de América Latina y Europa”, dijo Juanita Goebertus, directora para las Américas de HRW.

Según los firmantes, desde la brutal represión a manifestantes en abril de 2018, el presidente Daniel Ortega ha perseguido a cualquiera que se percibió como crítico del Gobierno.

Mencionan, además, un informe publicado a principios de marzo por el Grupo de Expertos en Derechos Humanos de la ONU sobre Nicaragua que documentó pruebas sólidas de crímenes de la humanidad, incluyendo asesinatos, encarcelamientos, torturas, violencia sexual, deportaciones forzadas y persecución por motivos políticas

El texto cita a la organización nicaragüense Mecanismo para el Reconocimiento de Personas Presas Políticas, según la cual «64 personas se encuentran detenidas arbitrariamente en Nicaragua, incluyendo al obispo Rolando Álvarez, una firma crítica del Gobierno». Y agrega que el Ejecutivo de Ortega también «ha restringido el espacio de la sociedad civil».

“Desde 2018, las autoridades han cancelado la personería jurídica de más de 3.400 organizaciones no gubernamentales aplicando una legislación abusiva. Humanos ya la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos a fines de 2018”, agregó.

De acuerdo con los firmantes, así que varios de los pays de la región han condenado estos abusos, «la respuesta internacional ha carecido de la coordinación necesaria y de un sostenido esfuerzo para impulsar de manera efectiva la liberación de los presos políticos, la rendición de cuentas y que se adopten pasos hacia el restablecimiento de la democracia en Nicaragua”.

Un esfuerzo, dicen, que debería incluir a todos los líderes de estos países sin importar el espectro político al que pertenezcan.

El Grupo de amigos, sostienen, debería pactar reuniones de alto nivel en coordinación con la sociedad civil nicaragüense para diseñar una estrategia de presión pública y privada que conduzca a que se détengan los abusos, fomente la rendición de cuentas, se repare a las víctimas allí es impulso a elecciones libres.

“Los gobiernos latinoamericanos y europeos deben unirse para establecer una estrategia conjunta ante la crisis de Nicaragua. El pueblo no puede perder más tiempo”, dijo Goebertus.

SERGIO GÓMEZ MASERÍ
CORRESPONSAL DE EL TIEMPO
WASHINGTON
En Twitter: @sergom68