El Congreso de EE UU aprueba una tercera prórroga para evitar el cierre parcial de la Administración | Internacional

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El Congreso de Estados Unidos vuelve a ganar tiempo para evitar el cierre parcial de la Administración. Republicanos y demócratas han unido fuerzas en el Senado y en la Cámara de Representantes para aprobar una nueva prórroga que permita mantener el funcionamiento normal de los servicios públicos mientras se aprueban las leyes presupuestarias. El ala dura del Partido Republicano ha rechazado la nueva prórroga, una medida similar a la que le costó en su día el puesto de presidente de la Cámara de Representantes a Kevin McCarthy, pero que ya ha replicado por dos veces su sucesor, Mike Johnson.

Los líderes del Congreso ya habían llegado a un acuerdo el pasado fin de semana para aprobar esta prórroga, llamada resolución continuada. Finalmente, al ser sometida a votación, ha sido aprobada por 77 votos a 18 en el Senado y por 314 a 108 en la Cámara de Representantes. El rechazo se ha concentrado en el Partido Republicano, especialmente en su ala dura. “Es el Día de la Marmota en la Cámara de Representantes todo el tiempo, todos los días, una vez más gastando dinero que no tenemos”, ha dicho Chip Roy, uno de los cabecillas del ala dura.

Poco antes de la votación, el Grupo de la Libertad (Freedom Caucus) de la Cámara de Representantes anunció que se oponía “firmemente” a la medida porque facilitaría más gasto del que ellos defienden. Son básicamente los mismos que votaron en contra de la primera y de la segunda prórroga, aunque el rechazo ha crecido incluso con respecto a aquellas votaciones. En la Cámara de Representantes, 107 republicanos han votado a favor y 106 en contra, mientras que entre los demócratas ha habido 207 votos a favor y solo dos en contra.

Mike Johnson se ha justificado esta semana tras el acuerdo con los demócratas: “Solo necesitábamos un poco más de tiempo en el calendario para hacerlo y ahí es donde estamos. No vamos a conseguir todo lo que queremos”.

La prórroga se extiende hasta el 1 de marzo para algunas agencias federales donde la habilitación de gasto se acababa este viernes y hasta el 8 de marzo para la mayor parte de la Administración. Estados Unidos no tiene una ley presupuestaria, sino una docena, pero es incapaz por sistema de aprobarlas a tiempo del inicio del año fiscal, el 1 de octubre. Lo habitual es aprobar una prórroga presupuestaria, llamada resolución continuada, mientras se tramitan las leyes que habilitan los gastos del ejercicio, que suelen seguir un procedimiento engorroso y complejo, lleno de enmiendas.

En paralelo, demócratas y republicanos han alcanzado un principio de acuerdo para fijar un nivel de gasto para las nuevas leyes presupuestarias, en 1,66 billones de dólares. Los republicanos más radicales también rechazan el acuerdo y, en todo caso, queda pendiente acordar la distribución de ese dinero en las diferentes partidas.

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Aparte de las leyes presupuestarias anuales, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha pedido al Congreso la aprobación de un fondo de más de 110.000 millones de dólares, que incluye más de 64.000 millones de dólares para ayudar a Ucrania a repeler la invasión rusa. Otros 14.000 millones se destinarían a apoyar a Israel en su ofensiva en Gaza. Y 6.000 millones de dólares se emplearían en la frontera con México.

Biden recibió este miércoles en la Casa Blanca a los líderes demócratas y republicanos del Congreso para redoblar la presión para que se apruebe esa ayuda cada vez más urgente para Ucrania. Al término del encuentro, los republicanos dijeron que las conversaciones habían sido “productivas”, pero insistían en su petición de aprobar antes una dura reforma de la legislación fronteriza. Biden se declaraba “alentado” por los progresos en las negociaciones entre los dos partidos.

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