MARÉH
CANTANTE
Cuando el cantautor Maréh (su nombre real es Federico Galvis) daba clases en el colegio Ideas de Cali (Colombia) bromeaba con sus alumnos sobre su futuro como músico: “El día que me nominen a los Grammy Latinos, será una ceremonia en la que se hable en español”. Se cumplió. Por primera vez en la historia de los premios, la celebración será fuera de EE UU. El 16 de noviembre, la ciudad de Sevilla acogerá la ceremonia de los emblemáticos galardones que otorga la Academia Latina de Artes y Ciencias de la Grabación y que cuenta con Iberia como patrocinador oficial. En la última edición premiaron a artistas internacionales como Jorge Drexler, Bad Bunny o Rosalía. Maréh está nominado a dos categorías, mejor artista nuevo y mejor álbum de cantautor: “Cuando me lo dijeron rompí a llorar. Fueron muchos años de entrega”, se sincera en el vídeo que acompaña este artículo.
Este caleño de 32 años lleva prácticamente una vida en exploración artística. Sus padres en casa le conectaron con el arte desde que era niño. Las charlas con su padre, que es filósofo, le inspiraron a crear. “Por ejemplo, la canción Molecular la escribí sobre ese concepto contrario a lo molar, que es lo gigante, las instituciones, la Iglesia, el Estado… Lo molecular es lo microscópico, lo invisible y lo imperceptible. Son todas esas pequeñas cosas que hacen que el mundo funcione, más allá de los poderes”, describe en la entrevista. A pesar de que la entrevista se hace apenas dos horas después de aterrizar en Madrid, en Maréh no hay rastro de desfase horario: está emocionado por las próximas semanas de su primera gran gira por el país (tocará el 8 de noviembre en Barcelona y el 9, en Madrid).
Empezó a redactar sus propios temas a los 20 años, interesado por transmitir la belleza que encuentra en la sencillez. Lanzó su primer disco de manera independiente en 2018, Amuleto, donde habla de las experiencias amorosas, familiares y vitales. Y en su último álbum, Tierra de promesas (2022), le canta a los paisajes de su tierra, espacios que se pueden extrapolar a otros países. “Hasta me cuesta hablar de la naturaleza porque es mi lugar en el mundo, donde he crecido”, remata.
Otro de sus hogares fue el colegio Ideas, un oasis en el que recibió una educación artística y en el que después trabajó como profesor. “Era como vivir en una aldea donde todos los días había clases, no solo las convencionales, sino también de teatro, de capoeira, ecología o, sencillamente, íbamos al río”, explica. “Ahí tuve mi primer contacto con una guitarra y un tambor. Se me abrió un universo”. Pasó por el conservatorio y descubrió que quería estudiar desde otra perspectiva, la de la antropología. “Esta carrera me daba la oportunidad de llegar a la música desde un punto del encuentro”, explica.
Los Grammy Latinos han abierto para Maréh una nueva etapa. “He empezado a recordar mucho y a poner en perspectiva todo el camino”, admite. Se ha topado, de nuevo, con el niño que fue. “Estoy celebrando esa vida que ha sido y ese camino con la familia, con los amigos, en el colegio en Cali, en los ríos, en Colombia. Fue una infancia muy feliz y ahorita mismo estoy honrándola”, asegura sin poder contener la sonrisa.
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