Joe Biden ha comparecido este jueves en la Casa Blanca para hablar del cierre de la investigación sobre los documentos clasificados que mantenía en su poder. Se le ha visto muy enfadado. Por un lado, el presidente de Estados Unidos ha celebrado que el fiscal especial Robert Hur haya decidido que no hay motivos para presentar cargos. Por otro, ha lamentado algunos pasajes del informe en que se le retrata como “un anciano con mala memoria”, poniendo en duda su capacidad cognitiva, alusiones que sus abogados ya habían calificado como una tergiversación “incendiaria”. “Mi memoria está bien”, ha dicho Biden, contestando a la afirmación del informe sobre sus limitaciones. “Incluso hay referencias de que no recuerdo cuando murió mi hijo. ¿Cómo diablos se atreve a plantear eso? Francamente, cuando me hicieron la pregunta, pensé que no era de su maldita incumbencia (…). No necesito que nadie me recuerde cuándo murió”, ha dicho con la voz casi quebrada y señalando que lleva todos los días un rosario de su hijo Beau, fallecido en 2015 por un cáncer cerebral, y que le recuerda permanentemente.
Biden había terminado su rueda de prensa y se estaba yendo, pero ha vuelto al atril a contestar una pregunta sobre Gaza. Justo en esa última respuesta, ha confundido al presidente de México con el de Egipto, un error que no podía ser más inoportuno. En ese comentario, ha dicho que “la conducta de la respuesta en la Franja de Gaza ha sido desmesurada”, en lo que quizá es la crítica más directa que ha pronunciado sobre la actuación de Israel. Y ha seguido diciendo que “el presidente de México, Al Sisi [en referencia al de Egipto] no quería abrir la puerta para que entrase ayuda humanitaria” en Gaza y él lo convenció. Biden ha añadido que “hay un montón de gente inocente muriendo de hambre, hay un montón de gente inocente en problemas y muriendo y eso tiene que parar”.
Antes, Biden ha celebrado que Hur trace una frontera entre su caso y el de Trump, por el que el expresidente está imputado por 40 presuntos delitos. “Me ha alegrado especialmente ver al fiscal especial dejar clara la marcada distinción y diferencia entre este caso y el del señor Trump”, ha dicho Biden.
Hur destaca en su informe que Trump “no solo se negó a devolver los documentos durante muchos meses, sino que también obstruyó la justicia al reclutar a otros para destruir pruebas y luego mentir al respecto”. “Por el contrario, el señor Biden entregó los documentos clasificados a los Archivos Nacionales y al Departamento de Justicia, consintió el registro de múltiples lugares, incluidos sus domicilios, se sometió a una entrevista voluntaria y cooperó de otras formas con la investigación”, explica, como se ha encargado de recordar Biden. “No violé la ley. Punto”, ha resumido el presidente.
“Ha sido una investigación exhaustiva que se remonta a más de 40 años, incluso a la década de 1970, cuando yo era un joven senador. El fiscal especial reconoce que cooperé plenamente, no puse obstáculos ni busqué retrasos. De hecho, estaba tan decidido a dar al fiscal especial lo que necesitaba que seguí adelante con cinco horas de entrevistas en persona durante dos días, el 8 y 9 de octubre del año pasado, a pesar de que Israel acababa de ser atacado por Hamás el 7 de octubre y yo estaba muy ocupado en medio de una crisis internacional”, ha explicado Biden, cuya intervención en la Casa Blanca se ha producido horas después de confirmarse que el fiscal especial Robert Hur no presentará cargos contra él por haberse llevado a una oficina privada y a su casa particular documentos oficiales, entre ellos algunos clasificados como confidenciales, de la época en que era senador o vicepresidente.
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Pese a que no habrá cargos, el informe de 388 páginas del fiscal especial está lleno de veneno para el presidente. Hur, que fue nombrado fiscal por Trump, le critica por su manejo de documentos clasificados: “Nuestra investigación descubrió pruebas de que el presidente Biden retuvo y divulgó voluntariamente material clasificado después de su vicepresidencia cuando era un ciudadano privado”, pero las pruebas “no establecen la culpabilidad del señor Biden más allá de una duda razonable”, indica el informe. Biden niega tajantemente que retuviese voluntariamente material clasificado.
Pero lo que parece haber enfadado más a Biden es que el informe lo retrata como un anciano que ha perdido la memoria y en el interrogatorio no recordaba cuándo murió su hijo ni cuándo fue vicepresidente. Eso supone un duro golpe político.
El documento de Hur viene acompañado por una carta de los abogados del presidente con membrete de la Casa Blanca que denuncia los términos del informe en lo relativo a la agudeza mental de Biden como una tergiversación “incendiaria”. “No creemos que el tratamiento que el informe da a la memoria del presidente Biden sea preciso ni apropiado. El informe utiliza un lenguaje altamente perjudicial para describir un hecho común entre los testigos: la falta de memoria sobre acontecimientos de hace años”, dicen Bob Bauer y Richard Sauber en una carta al fiscal que aparece al final del documento.
En el informe, el fiscal venía a decir que no había razones para acusarle, pero además, que era “probable” que Biden se presentase ante el jurado, “como un hombre simpático, bienintencionado, anciano y con mala memoria” y que por ello sería difícil que le condenasen. Los abogados replican: “Si las pruebas no establecen la culpabilidad, entonces discutir el impacto en el jurado del hipotético testimonio del presidente Biden en un juicio que nunca tendrá lugar es totalmente superfluo”.
“La misma previsible pérdida de memoria ocurrió con otros testigos en esta investigación. Sin embargo, a diferencia de su tratamiento del presidente Biden, su informe acepta la pérdida de memoria de otros testigos como completamente comprensible dado el paso del tiempo”, señalan también en su carta los abogados del presidente. “No solo trata al presidente de forma diferente a otros testigos cuando habla de su limitada capacidad para recordar ciertos acontecimientos de hace años, sino que en ocasiones lo hace en términos perjudiciales e incendiarios”, añaden.
“Usted se refiere a la memoria del presidente Biden al menos en nueve ocasiones, un número en sí mismo gratuito. Pero incluso en esos nueve casos, su informe varía. Una cosa es observar que la memoria del presidente Biden es ‘significativamente limitada’ en ciertos temas. Otra cosa es utilizar el lenguaje más amplio y altamente perjudicial empleado más adelante en el informe. Este lenguaje no está respaldado por los hechos, ni es apropiado que lo utilice un fiscal federal en este contexto”, continúa la carta.
Los republicanos, en cambio, consideran que lo que hay es un doble rasero en la aplicación de la ley y proclaman que Biden no está capacitado para desempeñar el cargo. “Su actual estado mental y físico debería impedirle ser presidente de Estados Unidos”, ha tuiteado el representante por Carolina del Norte Greg Murphy. “El informe de hoy de Robert Hur nos dice dos cosas: hay un doble rasero de justicia en este país. Y Joe Biden no es apto para el cargo”, ha dicho Jim Jordan, presidente de la Comisión Judicial del Senado. “¿Biden no recuerda su época como vicepresidente? ¿Pero de alguna manera está cualificado para ser presidente durante otros 4 años?”, se ha preguntado Josh Hawley, senador por Misuri. “Nueva defensa de Biden ante una conducta por lo demás delictiva: es un anciano incapaz de recordar quién es, dónde está o qué ha hecho”, ha insistido, reclamando la aplicación de la 25ª Enmienda de la Constitución, que marca que la persona que ocupe la vicepresidencia sustituya al presidente si este es “incapaz de cumplir con los poderes y obligaciones de su cargo”.
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