Bruselas plantea sancionar a los colonos violentos de Cisjordania y apuntalar a la Autoridad Palestina | Internacional

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La guerra de Israel contra Hamás ha entrado en un nuevo nivel, con más ataques al sur de la franja de Gaza. Mientas, la violencia aumenta en la Cisjordania ocupada. El Servicio de Acción Exterior de la Unión Europea plantea ahora sancionar a los colonos violentos de Cisjordania y privarles también de los visados para entrar en los países del club comunitario. Un informe confidencial de ese servicio, encabezado por el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, enviado a los ministros de Exteriores de los Veintisiete, propone esas nuevas sanciones y reforzar las impuestas contra Hamás, clasificada ya antes como organización terrorista y que mató a más de 1.200 personas el 7 de octubre en sus ataques contra Israel, que ha respondido con la guerra en la Franja.

La comunicación, a la que ha tenido acceso EL PAÍS, propone apuntalar a la Autoridad Nacional Palestina para que asuma el Gobierno de Gaza tras la guerra y aventura las opciones de la UE para ayudar en la “estabilización” de la Franja y el periodo posterior al conflicto, para lo que se necesitará revivir el proceso político.

Los ministros de Exteriores de la UE analizarán el informe el lunes, cuando también estará sobre la mesa la petición extremadamente urgente de la ONU, respaldada por Borrell, de un alto el fuego humanitario para paliar la situación catastrófica de la Franja. Por primera vez, el miércoles, el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, invocó un artículo extraordinario para intentar forzar el alto el fuego. Sin embargo, hasta el momento, los Estados miembros de la UE han estado divididos y no se han puesto de acuerdo para reclamar esa medida. La UE pide “pausas humanitarias”.

Hasta ahora, pese a los reclamos de países como España, Bélgica, Irlanda o Luxemburgo, la negativa de Austria, República Checa y de Alemania ha impedido elevar la exigencia común de la UE de ese concepto, mucho más suave que el de alto el fuego. Mientras, Israel, en otra escalada diplomática contra aquellos que critican de manera directa el coste para los civiles palestinos de su ofensiva contra la Franja, ha calificado al secretario general de la ONU como una “amenaza para la paz mundial”.

Garantizar la rendición de cuentas

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El equipo de Borrell, que viajo a Israel y a Cisjordania —además de a otros países de la región— en noviembre, incide en su informe en la “importancia de garantizar la rendición de cuentas” por las violaciones del derecho internacional humanitario de “todas las partes”. Esto es, señala en su informe, un “punto esencial de cualquier proceso para lograr una solución duradera de la guerra y del conflicto en general”. Dentro de su estrategia para el cumplimiento de la legislación internacional, Bruselas plantea “reforzar” las sanciones contra Hamás y otros grupos terroristas, especialmente en materia de financiación. También habla de la posibilidad de un régimen de sanciones independiente —como ya ha hecho EE UU y han reclamado países como Alemania, Francia e Italia— y habla de aumentar el apoyo (diplomático y financiero) al Tribunal Penal Internacional.

El camino de las sanciones tiene otras vías, y el Servicio de Acción Exterior (SEAE) plantea también “explorar las reacciones de la UE ante la violencia de los colonos en Cisjordania”. Y entre el abanico de opciones menciona la prohibición de que obtengan o mantengan sus visados los “extremistas que ataquen a civiles” y el uso del régimen de sanciones de derechos humanos de la UE, un movimiento que seguiría los pasos de Washington, que ha anunciado una medida similar esta semana. Además, insta a mantener el compromiso contra los desalojos, las demoliciones y el desplazamiento de palestinos en Cisjordania, y urge a recordar que Israel debe permitir “una construcción palestina acelerada, así como el desarrollo social y económico” en la zona.

La situación se ha deteriorado en Cisjordania, donde se registran graves ataques del Ejército israelí y de colonos contra la ciudadanía palestina. El miércoles, el comisario europeo de Ayuda Humanitaria, Janez Lenarcic, denunció que esa violencia había destruido una escuela financiada con fondos de la UE. “Esta destrucción es intolerable y una violación del derecho internacional humanitario”, remarcó en las redes sociales. El Servicio Exterior de la UE advierte del riesgo “potencial continuo” de una escalada más amplia, incluso en la frontera con Líbano y en Cisjordania, donde la violencia de los colonos está aumentando desde un nivel ya alto y las acciones del ejército israelí son cada vez más frecuentes: 219 palestinos han muerto y se han registrado 2.900 heridos desde el 7 de octubre, según OCHA (oficina de la ONU para la coordinación de asuntos humanitarios).

“Varios factores complican la planificación para el futuro de Gaza”, reconoce el SEAE en su informe. “Se desconocen el curso y la duración de la operación israelí en Gaza y la capacidad continua de Hamás para proyectar terror. La planificación para el futuro depende en gran parte de la capacidad de Israel para lograr sus objetivos declarados (destruir las capacidades militares y de gobierno de Hamás y liberar a los rehenes)”, dice el documento, que evoca las tremendas cifras de la catástrofe: Además de los 1.200 muertos en el ataque terrorista del 7 de octubre en Israel, hay más de 16.000 muertos en Gaza, de los cuales alrededor del 40% son niños, señala el SEAE.

El 70% de la población de Gaza está desplazada —según la OCHA—, más del 50% de las viviendas están destruidas o dañadas (según el Ministerio de Vivienda de Gaza). “El suministro de alimentos, agua, medicinas, combustible y alojamiento es en gran medida insuficiente. Los países vecinos se oponen firmemente a cualquier desplazamiento forzado a su territorio”, dice el informe.

La UE estudia los distintos escenarios para el día después de la guerra de Israel contra Hamás. La opción preferida —para algunos, la única— es que la Autoridad Nacional Palestina asuma el Gobierno de Gaza, un elemento “clave” para la “viabilidad” de la solución de los dos Estados (Israel y Palestina), dice el informe del SEAE. De ahí que Bruselas plantee “revitalizar” a la Autoridad Nacional Palestina no solo con fondos, sino también con “expertos en gobernanza e inclusión democrática” y habla incluso de la posibilidad de desplegar una misión dentro del marco de la Política Común, como las que tiene de mantenimiento de la paz en otros países, como Irak, Somalia o Armenia.

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