El alcalde de Kiev abre las hostilidades políticas en Ucrania al acusar a Zelenski de autoritarismo | Internacional

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La tregua política en Ucrania ha terminado. Las hostilidades se han desatado en la cúpula del poder ucranio coincidiendo con el sombrío futuro que depara al país en el campo de batalla. El alcalde de Kiev, Vitali Klitschko, ha acusado al presidente, Volodímir Zelenski, de concentrar demasiado poder y llevar el país hacia el autoritarismo. “Ya no nos diferenciamos de Rusia, donde todo depende del estado de ánimo de una persona”, afirmó Klitschko el pasado viernes en el semanario alemán Der Spiegel.

La tumultuosa vida política ucrania firmó un armisticio el día en que el presidente ruso, Vladímir Putin, anunció su invasión, el 24 de febrero de 2022. Casi dos años después, la tensión ya no puede esconderse detrás de los manidos mensajes patrióticos de unidad. Klitschko, que ha sido alcalde de la capital durante nueve años y también candidato a la Presidencia, ha concedido dos entrevistas que señalan una nueva fase en la vida política ucrania.

El alcalde de Kiev ha aprovechado el creciente malestar que está ganando terreno en la sociedad. Klitschko criticó a Zelenski por haber cometido múltiples errores, el principal, no haber preparado a Ucrania para una invasión. “La gente se pregunta por qué no estábamos preparados para la guerra, por qué Zelenski negó hasta el último momento que esta era posible, o por qué los rusos consiguieron llegar tan rápido a Kiev. Hay tanta información que no era verdad”, comentó Klitschko este sábado en la edición suiza de 20 Minutos.

El excampeón de los pesos pesados de boxeo y referente político de la oposición ya destacó esta misma crítica contra Zelenski en una entrevista de septiembre de 2022 con EL PAÍS: el presidente descartó que fuera posible una invasión rusa hasta pocas horas antes de que se produjera, negando los avisos por parte de los servicios de inteligencia estadounidenses de que el ataque ruso era inminente.

Klitschko sobre todo ha cargado contra Zelenski por el poder que ha acaparado la oficina del presidente, dejando en un segundo plano al Gobierno y también a la Rada, el Parlamento ucranio, donde su partido tiene mayoría absoluta. Para Klitschko, el único contrapoder que queda en Ucrania, un país cada vez más centralista, en su opinión, son los ayuntamientos. Der Spiegel también habló con el diputado Oleksii Goncharenko, la voz más conocida de Solidaridad Europea, principal partido de la oposición. Goncharenko denunció que las decisiones sobre un país entero las están asumiendo Zelenski y su mano derecha, Andrii Yermak. Goncharenko hurgó en una de las críticas más habituales a Zelenski, el control férreo sobre los medios de comunicación, en concreto, con los informativos unificados que se crearon desde el inicio de la guerra: “El líder se encuentra cómodo con el hecho de que no hay críticas y de que controla buena parte de los medios”.

El alcalde, con el jefe del ejército

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Klitschko también incidió en la cuestión que más malestar ha provocado en la Presidencia, las diferencias hechas públicas este noviembre con el comandante en jefe de las Fuerzas Armadas Ucranias, Valeri Zaluzhni. Este general anunció en The Economist, en una entrevista y en un extenso artículo, que la situación en el frente no tenía visos de cambiar a favor de Ucrania y que el país debía prepararse para una guerra en el largo plazo. Zelenski desautorizó públicamente a Zaluzhni, subrayando que no es cierto que el frente esté estancado y que el país no necesita mensajes negativos. El alcalde de Kiev dio su apoyo al militar: “Podemos mentir con euforia a nuestra gente y a nuestros aliados. Pero no lo podemos hacer para siempre. Algunos de nuestros políticos criticaron injustamente a Zaluzhni por sus palabras claras. Yo le doy mi apoyo”.

Preguntado por si aspira a ser presidente, Klitschko evitó responder, alegando que la situación exige fidelidad a Zelenski. En unas hipotéticas elecciones presidenciales y legislativas, las encuestas todavía dan una amplia mayoría de apoyo al actual presidente y a su partido, Servidor del Pueblo. Los comicios presidenciales deben celebrarse en marzo de 2024. Las elecciones para renovar el Parlamento debían haberse celebrado este otoño, pero según la Constitución, si la ley marcial está vigente no puede organizarse una cita electoral.

El presidente ucranio, Volodímir Zelenski, durante una visita en el frente de Járkov, el jueves 30 de noviembre de 2023.Anadolu (Anadolu via Getty Images)

El equipo de Zelenski abrió en verano el debate sobre la conveniencia de celebrar elecciones presidenciales y legislativas, previa reforma de la Constitución, unos comicios que le serían, con toda probabilidad, favorables. Pero las encuestas indican que la población es contraria a unas elecciones, porque hay multitud de contratiempos que limitarían la pluralidad del voto, desde la imposibilidad de que participen los territorios ocupados por Rusia a los millones de ucranios que se han desplazado al exterior. Pero desde Estados Unidos, principal apoyo financiero y militar de Kiev junto a la Unión Europea, en el Partido Demócrata y Republicano se suman más voces que piden que Ucrania haga un esfuerzo para demostrar su compromiso con la democracia. Para Zelenski, el problema es que cuanto más tiempo pasa, más desafección hay en su contra. The Economist publicó esta semana las conclusiones de una encuesta en la que Zelenski solo recibe un 32% de apoyo popular, frente a un 70% de Zaluzhni.

The Economist también informaba de que desde la presidencia ucrania se ha presionado a Zaluzhni para que limite sus intervenciones públicas. Fuentes próximas al comandante en jefe explicaron el pasado abril a este diario que la oficina del presidente exigía a Zaluzhni que evitara su presencia en los medios para frenar su popularidad. Otras fuentes militares en el frente sur del país aseguran que el equipo del presidente ha exigido a otro hombre del partido de Zelenski especialmente popular, Vitalii Kim, gobernador de Mikolaiv, que rebaje su presencia pública.

Los casos de corrupción y los pobres resultados militares en el frente están minando el peso popular que tenía Zelenski. La gran contraofensiva ucrania que dio inicio en junio ha quedado en nada y el enemigo está avanzando en los frentes de Donetsk y Járkov. La población se está cansando de hacer sacrificios para continuar combatiendo contra Rusia, según indican las empresas de estudios demoscópicos. Tanto Klitschko como Goncharenko son políticos más nacionalistas que Zelenski, incluso menos proclives que él a ceder nada ante Rusia. Pero hay otros políticos que están ganando notoriedad y que defienden abrir negociaciones de paz, el más destacado, Oleskii Arestovich, antiguo hombre de confianza de Zelenski.

Las decisiones desde la razón, y no desde las emociones, son difíciles de asumir mientras el invasor ruso continúe en Ucrania. Todavía un 60% de la población sigue siendo partidaria de luchar hasta expulsar a los rusos de todo el territorio, según una encuesta de Gallup del pasado octubre. Las atrocidades rusas continúan produciéndose, como lo prueba el vídeo que ha corrido esta semana en las redes sociales de la ejecución de dos soldados ucranios que se habían rendido en una trinchera en el frente. El Ejército ha confirmado la veracidad de las imágenes y la Fiscalía ucrania ha abierto una investigación por un posible crimen de guerra.

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