El nombre de Donald Trump se ha escuchado este viernes en una sala de un tribunal de Atlanta (Georgia). Un antiguo abogado de su campaña, Kenneth Chesebro, se ha declarado culpable de haber participado con el expresidente y otros acusados en una conspiración para alterar los resultados de las elecciones presidenciales de 2020 en el Estado de Georgia. La confesión de Chesebro, retransmitida en directo, llega al día siguiente de que otra destacada abogada del expresidente, Sydney Powell, se declarase también culpable en un pacto con la fiscal Fani Willis que incluye su compromiso de declarar contra Trump. La defensa del expresidente se complica.
Las dos confesiones de esta semana se han producido por sorpresa días antes de que el juicio contra esos imputados empezase. Para la fiscal Willis es un doble triunfo. Por un lado, estrecha el cerco contra Trump con nuevos testimonios incriminatorios, que en este caso pertenecen además al círculo cercano al expresidente durante sus intentos de amañar las elecciones y aferrarse al poder. Por otro, la fiscal evita desvelar antes de tiempo su estrategia acusadora y las pruebas de que dispone en un juicio que habría sido una especie de ensayo general del que se celebrará contra Trump y parte de los otros acusados en el mismo caso. Por eso, la acusación ha aceptado tratos generosos que evitan a los acusados tener que pisar la cárcel.
Trump está acusado de 13 cargos, entre ellos la violación de la ley de Georgia contra el crimen organizado, conspirar para suplantar a un funcionario, presionar para que un funcionario traicione el juramento de su cargo y conspirar para registrar documentos falsos. Que parte de los participantes en esa supuesta organización criminal para interferir en los resultados electorales admita los hechos es todo un golpe para él en un caso especialmente delicado.
Chesebro, de 62 años, se ha declarado culpable este viernes de un delito grave de conspiración para el registro de documentos falsos, uno de los delitos por los que está acusado el expresidente. El escrito de imputación sostenía que Chesebro coordinó y ejecutó un plan para que 16 republicanos de Georgia firmaran un certificado declarando falsamente que Trump ganó las elecciones en el Estado y proclamándose los electores “debidamente elegidos y cualificados” de Georgia para la elección presidencial, que se hace de forma indirecta a través de ellos. Trump perdió las elecciones por menos de 12.000 votos en ese Estado.
Chesebro ha sido condenado a cinco años de libertad condicional, 5.000 dólares de indemnización y 100 horas de servicios a la comunidad. Además, escribirá una carta de disculpa a los residentes de Georgia y se compromete a testificar verazmente en cualquier juicio futuro relacionado con el caso. Su propia admisión de culpabilidad ha sido ya un testimonio expreso contra Trump, pues ha reconocido que conspiró con él para alterar el resultado electoral.
Por su parte, Powell, de 68 años, se declaró culpable el jueves de seis delitos menores en los que se la acusaba de conspirar para interferir intencionadamente en el desempeño de funciones electorales. No tendrá que entrar en la cárcel, pero estará seis años en libertad condicional, pagará 6.000 dólares de multa y escribirá una carta de disculpa a las autoridades y ciudadanos de Georgia. La abogada, protagonista destacada en los intentos de subvertir el resultado de las elecciones de 2020 con diversas teorías de la conspiración y con actuaciones concretas, accedió asimismo a testificar en futuros juicios contra los otros acusados.
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La abogada es uno de los seis conspiradores, además de Trump, a los que se hace referencia en el caso que se sigue contra el expresidente en Washington por la interferencia en las elecciones de 2020, que se prevé que vaya a juicio el 4 de marzo del año próximo. En ese caso, sin embargo, no se citaba a los presuntos cómplices de Trump por su nombre ni están por ahora imputados, ya que el fiscal prefirió centrarse en el expresidente para agilizar la instrucción del caso.
El mes pasado ya se declaró culpable de cinco delitos menores el agente de fianzas Scott Graham Hall, un acusado de perfil más bajo, que fue condenado a cinco años de libertad condicional y accedió a testificar en procedimientos posteriores. Los fiscales acusaban a Powell de conspirar con Hall y otros para acceder a equipos electorales sin autorización y de contratar a la empresa de informática forense SullivanStrickler para enviar un equipo al condado de Coffee, en el sur de Georgia, para copiar software y datos de máquinas de votación y ordenadores allí.
Los otros 16 acusados en el caso se han declarado no culpables. No hay fecha fijada para el juicio. En el caso de Chesebro y Powell la vista oral iba a comenzar este lunes porque habían solicitado ejercer su derecho a tener un juicio rápido de acuerdo con la ley de Georgia, lo que ya mostró las primeras grietas en la estrategia de defensa de los distintos acusados.
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