Es inusual la relación que han establecido el arquitecto Álvaro Siza (Oporto, 90 años) y la Fundación Serralves, que gestiona en Oporto un vibrante espacio de arte y naturaleza. Casi todas las ampliaciones y reformas realizadas en el centro llevan la firma de Siza desde hace casi tres décadas. Comenzó con el Museo de Arte Contemporáneo, abierto en 1999, siguió con la Casa del Cine Manoel de Oliveira, la recuperación de la Casa de los Jardineros y la mansión principal, donde se puede visitar la colección de mirós del Estado portugués. Este jueves se ha sumado una nueva obra que estará dedicada a la colección permanente de arte contemporáneo de Serralves y a exposiciones sobre arquitectura.
Esa relación de apego, que se ha mantenido en el tiempo a pesar de los cambios de gestores al frente de la fundación público-privada, ha llevado a la institución a homenajear a su arquitecto fetiche dando su nombre al nuevo edificio, que pasará a conocerse como Ala Álvaro Siza. A pesar de las reticencias del arquitecto, que inicialmente denominó el proyecto como edificio Poniente, acabó accediendo a la propuesta de la directora de la fundación, Ana Pinho. “Yo escribo siempre Ala Poniente, pero como yo también estoy en el Poniente”, bromeó el arquitecto un día antes de la inauguración oficial de este jueves, que contó con la presencia del primer ministro António Costa.
El nuevo edificio, integrado en el paisaje del parque de Serralves y conectado con el principal a partir del vestíbulo, aporta unos nuevos 4.200 metros cuadrados al museo original y ha costado diez millones de euros, entre ellos cuatro millones de financiación comunitaria. Será destinado a mostrar las obras de la colección permanente que hasta ahora carecían de espacio expositivo. En total, el museo cuenta con más de 4.500 obras de arte en propiedad o en depósito.
Algunas pertenecen a conjuntos valiosos como la Colección BPP, acumulada durante años por el banquero João Rendeiro y en manos del Estado luso después de la liquidación de la entidad en 2010. En noviembre de 2022 el primer ministro António Costa anunció que la propiedad de las obras pasaba a titularidad pública como pago de deudas contraídas por el banco. Rendeiro, que se fugó en 2021 para eludir su ingreso en prisión, se ahorcó en una celda en Sudáfrica tras ser detenido. Una parte de su colección se podrá ver en Serralves y otra, en el Centro Cultural de Belém, en Lisboa. “La inversión en arte es aquello que permanece cuando todo lo demás se va”, subrayó en la visita al museo António Costa, en referencia al hundimiento de bancos portugueses que han dejado tras de sí colecciones artísticas ahora en manos públicas.
El Ala Álvaro Siza dedicará también una parte importante a exposiciones relacionadas con la arquitectura, un paso que estrecha más la relación entre el arquitecto y su criatura. Siza, además, decidió donar una parte de su archivo a la Fundación Serralves (el resto se distribuye entre la Fundación Calouste-Gulbenkian, en Lisboa, y el Centro Canadiense de Arquitectura, en Montreal).
La ampliación del museo convierte a Serralves en uno de los lugares donde se concentra la mayor colección de edificios diseñados por Álvaro Siza, uno de los arquitectos portugueses más reconocidos y premiados a nivel internacional y que sigue en activo con 90 años.
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