John Álvarez, estudiante de antropología de la Universidad Central de Venezuela, preso y sentenciado hace cuatro meses bajo acusaciones de conspiración y terrorismo, fue liberado el sábado en el contexto del intercambio de prisioneros entre Estados Unidos y Venezuela que hizo posible, también, la salida de Alex Saab, empresario cercano a Nicolás Maduro.
Álvarez, de 24 años, que milita como secretario juvenil del partido Bandera Roja -de extrema izquierda, tenaz opositor al chavismo-, tendrá medidas cautelares y deberá presentarse cada quince días ante un tribunal. El activista había sido condenado a 16 años de prisión.
La liberación de Álvarez se concretó no sin cierta ansiedad y dramatismo este fin de semana, puesto que su salida del Centro de Control y Resguardo de Detenidos de La Yaguara, en Caracas no se hizo efectiva cuando se anunció el canje de prisioneros. Sus padres habían declarado entonces, muy ansiosos a la prensa, exigiendo orientación a las autoridades por no tener noticias del paradero de su hijo.
El joven fue arrestado mientras pegaba afiches en la avenida Bolívar, en el centro de Caracas, y casi de inmediato fue sometido a severos interrogatorios por sus presuntas conexiones y actividades políticas. El trato dado a Álvarez por la policía generó alarma entre abogados y activistas de derechos humanos, quienes denunciaron que este fue golpeado, agredido, y obligado a grabar un video en el cual asumía su responsabilidad en gestiones conspirativas y subversivas.
Semanas después, tanto los abogados defensores como los familiares de Álvarez denunciaron que este había recibido tratos vejatorios y torturas, descargas eléctricas y golpes con objetos contundentes.
Joel García, uno de sus abogados, había denunciado que los profesionales de la Medicatura Forense habían maquillado y encubierto en lo posible las torturas a Álvarez, que le habría producido lesiones renales y afectado la visión del ojo izquierdo.
La detencion de Álvarez fue ejecutada poco después de que varios dirigentes sindicales que exigían mejoras salariales y cuestionaban la conducta del Gobierno de Nicolás Maduro fueran acusados también de terrorismo. Junto a Álvarez, estos activistas fueron sentenciados a 16 años de cárcel. También ellos han sido liberados.
El dirigente estudiantil fue recibido por sus familiares, amigos y allegados, incluyendo al rector de la Universidad Central de Venezuela, Víctor Rago, quién de manera reiterada solicitó su liberación, “por ser una medida arbitraria y no tener ninguna justificación”.
Rago, que se involucró personalmente en esta causa, afirmó que la liberación del estudiante es una consecuencia del diálogo político, que es necesario mantener y cultivar. “Es lo fundamental, la posibilidad de que los interlocutores se sienten a conversar y alcancen acuerdos razonables; contra los que sostienen que no hay que buscar la interlocución. John salió porque las personas a las que lo vincularon están libres, eso debía ocurrir desde la lógica jurídica”.
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