La Franja de Gaza, asediada por el Ejército israelí en respuesta a los ataques de la milicia islamista del 7 de octubre, está al borde de la catástrofe y la UE busca un término común para llamar a un cese temporal del fuego con el fin de que la ayuda humanitaria entre en la zona. Los Estados miembros, no obstante, están divididos en cómo hacerlo: algunos socios consideran el concepto alto el fuego “demasiado fuerte” y abogan por reclamar “pausas humanitarias” o “ventanas humanitarias” que ven menos permanentes, señalan fuentes comunitarias.
Pero a medida que empeora la situación de Gaza —sin agua, electricidad, alimentos y a punto de quedarse sin combustible—, a algunas voces les preocupa que el debate interno —y esos ejercicios semánticos— dañe aún más el papel de la UE en Oriente Próximo y termine de eliminar sus posibilidades no solo como mediador, sino también como interlocutor destacado en el conflicto.
Los jefes de Estado y de Gobierno de la UE tratarán de acordar, este jueves y viernes en Bruselas en una cumbre de alto contenido geopolítico, una fórmula intermedia que recoja las sensibilidades de todos los Estados miembros, llame a canalizar la ayuda hacia la Franja y a la vez refleje el derecho de Israel a defenderse y a responder a los ataques de Hamás, indica una alta fuente de Bruselas.
No hay una definición legal universal sobre qué es un alto el fuego. Y, además, estos acuerdos (unilaterales o bilaterales) se desarrollan después, en la mayoría de ocasiones a través de un mediador, para fijar cómo se ponen en marcha, qué territorio comprenden y durante cuánto tiempo están en vigor: días, horas…
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Algunos Estados miembros, como España —a través del presidente, Pedro Sánchez, uno de los primeros— e Irlanda, han pedido claramente un alto el fuego. Otros, como Francia, Bélgica o Suecia reclaman que la UE llame a una “pausa humanitaria” que consideran más temporal y maleable. Alemania, que era reticente a cualquier opción que exigiese a Israel cualquier cosa que sonara a un cese de los ataques a la Franja, gobernada de facto por Hamás, ahora se muestra partidaria de pedir “ventanas humanitarias”.
Austria y República Checa, cuyos líderes han visitado Israel este miércoles, creen que pedir a Israel una pausa cuando está ultimando una incursión terrestre en Gaza para erradicar a Hamás daña sus objetivos defensivos.
Los Veintisiete se habían situado en un modo de control de daños tras los mensajes contradictorios de las distintas instituciones de la UE en las últimas semanas y las grandes críticas que suscitó el viaje de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, a Israel por su postura vista como demasiado escorada en favor del Gobierno de Benjamín Netanyahu y ajena al sufrimiento de los civiles de la Franja.
La guerra de Israel contra Hamás ha dejado al descubierto divisiones históricas y las distintas perspectivas de los Estados miembros: algunos como Alemania o Austria, más afines a Israel por su historia y su responsabilidad en el Holocausto: otros, como Irlanda, que ha tenido una postura muy crítica con el Ejército israelí desde el inicio por el asedio a Gaza. Y aunque los Veintisiete han logrado afianzar una postura común sobre el conflicto, que recalca el derecho de Israel a defenderse dentro del derecho internacional (algo que vulnera con su asedio a Gaza), queda afianzarla en los reclamos a Israel. Pese a la preocupación en Bruselas de que la guerra derive en una escalada regional y en torno a los efectos para la seguridad de la propia Unión, la UE es consciente de que su influencia —con sus propias divisiones y su realidad histórica— no es la principal en la guerra de Israel contra Hamás. Para la cúpula israelí, el actor clave es Estados Unidos.
“El Consejo Europeo expresa su más grave preocupación por el deterioro de la situación humanitaria en Gaza”, dice un borrador de las conclusiones de la cumbre de los Veintisiete, “Y pide un acceso humanitario continuo, rápido, seguro y sin trabas y que llegue la ayuda a los necesitados a través de todas las medidas necesarias, incluida una pausa humanitaria”, agrega. El texto, que todavía puede cambiar, ha eliminado las referencias al respaldo a la petición de la ONU de una “pausa humanitaria”.
Ahora esos reclamos son directamente de la UE y no de Naciones Unidas, objeto este miércoles de duras críticas de Israel, que ha acusado a su secretario general, António Guterres, de defender a Hamás, y ha exigido su dimisión. Guterres, tras condenar los ataques de Hamás, señaló el martes que estos “no vienen de la nada”, sino tras “56 años de ocupación asfixiante”.
Vittorio Infante, experto en conflictos y cuestiones humanitarias de Oxfam, advierte de los riesgos de cambiar el término alto el fuego por otro como “pausa”. “Si la ventana de oportunidad solo ofrece una pausa y es la única posibilidad sobre la mesa para que la ayuda llegue a la Franja, hay que ir con ello, pero una pausa da la idea de que se puede encender y apagar y eso resta seguridad a los equipos que llevan la ayuda”, señala.
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