Amanecía el 7 de octubre cuando los medios de comunicación mundiales empezaron a difundir que Hamás había aprovechado que Israel celebraba el fin de la festividad de Sucot para lanzar un ataque sorpresa en el que acabó matando a 1.200 personas y secuestrando a más de 200. Ahinoam Nini (Tel Aviv, 54 años), la exitosa cantante y compositora israelí más conocida como Noa, recibió su primer mensaje desde el extranjero interesándose por ella. Era de su amigo Joan Manuel Serrat. El segundo, de otro amigo: Joaquín Sabina. Lo cuenta en Shefayim, el kibutz al norte de Tel Aviv donde recorre cada día los pocos minutos que separan su casa del mismo mar Mediterráneo al que tanto ha cantado su amigo Serrat desde la otra punta.
En estos días de dolor, Noa necesita más que nunca esos instantes de calma y reflexión, cuenta. Las matanzas del 7 de octubre y los posteriores bombardeos masivos en Gaza le han convencido aún más del título de la canción que interpretó en 2009 en Eurovisión con Mira Awad (la primera árabe en representar a Israel): There must be another way (Tiene que haber otra manera). “Apoyo la solución de dos Estados y los derechos del pueblo palestino. Y no he cambiado en nada mis puntos de vista, al contrario. Se ha fortalecido en mí la importancia de trabajar infatigablemente por la paz. Porque mira lo que pasa cuando no se hace […] Pararía mañana la guerra. No nos lleva a ningún lado. Y para Hamás hay soluciones”. Las dos compartirán de nuevo escenario el miércoles, para cantar con la Filarmónica de Berlín. Los fondos irán al foro israelí que representa a los familiares de los rehenes en Gaza y a dos organizaciones de mujeres por la paz, una israelí y otra palestina.
Aunque no le gustaría estar en la misma lista que el primer ministro, Benjamín Netanyahu, al que critica desde hace años, el reconocimiento cosechado por Noa en premios y ventas hace que ambos sean de los pocos israelíes vivos cuyo nombre se conoce en el extranjero. La fama y décadas de activismo le abren ahora puertas privilegiadas, como la del papa Francisco, para presionar en pro de que Hamás libere a los 134 rehenes que quedan en Gaza. Porta en el cuello un símbolo de ese movimiento, en el que se ha involucrado con pasión. Es una de las chapas metálicas de identificación de los soldados, pero con el lema: Traedlos de vuelta a casa ya.
Pregunta. ¿Me la enseña?
Respuesta. Claro. Como todo el mundo en Israel, me tomo el tema de los rehenes de manera muy personal. No creo que haya una persona, no importa lo que piense, que no tenga una conexión personal con el hecho de que unas 250 personas fueron secuestradas. Muchas siguen allí. Para cualquier país sería traumático, pero para este, que es realmente pequeño, 250 rehenes son como miles de personas en otro. Es supertraumático que se los llevaran y no sepamos cuándo vendrán ni cómo están. He trabajado mucho para tratar de traerlos a casa a través de cualquier conexión que tengo en el mundo, incluido el Papa, con el que hablé muchas veces. Lamentablemente no creo que él pueda hacer mucho. También he recaudado dinero, actuado, marchado con ellos, puesto muchos mensajes en Internet… Siento que estamos en lo más profundo del trauma y lejos de su final.
P. Dice que es un tema en el que están involucradas muchas personas en Israel, pero me da la impresión de que su campo político está más sensibilizado con el tema que la derecha.
R. Cada uno tiene una opinión sobre los rehenes. Hemos visto cosas terribles desde la derecha israelí, radicales que los ignoran por completo. ¿Cómo puede atreverse alguien a decir que querer a tu familia de vuelta puede frenar al ejército en destruir a Hamás? No me gustan los sacrificios humanos. Tenemos que hacer todo lo posible para salvar y proteger la vida humana. Judía, israelí, palestina… toda vida humana. No apoyo el culto a la muerte.
P. Me hablaba antes de la conversación que deberíamos tener en este momento. ¿Cuál es?
R. Creo que estamos librando tres guerras en este momento. Hay una dentro de Israel, entre dos visiones diferentes de la vida. Una guerra de ideas. Hace muchos años, era el campo de la paz. Y luego agregas eso al campo de la democracia, en conflicto con las fuerzas antidemocráticas y antipaz. Durante los años de Gobierno de Netanyahu, se ha deteriorado hasta convertirse en una catástrofe de toda regla en los últimos diez meses, con todas las manifestaciones [contra la reforma judicial].
Luego llegó el 7 de octubre, como cavar un hoyo profundo en el fondo de la tierra. Está también el conflicto dentro de Palestina. Ellos también tienen que entender quién está a cargo. Hamás, la Autoridad Palestina, Al Fatah… Los que creen en la resistencia no violenta, los que creen en la resistencia violenta, los que creen en elecciones…
Además de eso, hay un gran asunto internacional, que es básicamente Irán y sus representantes y toda esa gente que quiere el culto a la muerte, frente a los que quieren algún tipo de acuerdo ahora.
Apoyo la solución de dos Estados y los derechos del pueblo palestino. Y no he cambiado en nada mis puntos de vista. Al contrario. Se ha fortalecido en mí la importancia de trabajar infatigablemente por la paz. Porque mira lo que pasa cuando no se hace. Cuando tomas todo ese trabajo importante y lo orillas, lo devalúas, lo demonizas y pones el poder militar de Hamás y el poder militar del ejército israelí. ¿Cuál es el resultado? Muerte, muerte, sufrimiento. ¿Quién necesita eso?
Se ha fortalecido en mí la importancia de trabajar infatigablemente por la paz.
Noa
Lo que hizo Hamás fue un horrible acto de brutalidad humana. No trajo ningún bien para nadie. Ni para el pueblo palestino, ni definitivamente para el pueblo israelí. Es devastador. Y mira la cantidad de víctimas ahora. Yo pararía mañana la guerra. Si fuese el general para detenerla, la detendría. No nos lleva a ningún lado. Y para Hamás hay soluciones. No soy general, pero hay muchas soluciones para este problema que no son lanzar más y más bombas. Hace falta gente creativa, quizás más mujeres, para aportar buenas ideas. La solución de la guerra, la solución macho y violenta, ha llevado al mundo de catástrofe en catástrofe, millones de muertos. Basta ya de eso. Ya no estamos en la Edad Media. Así que creo que podemos decir: condenamos el terrorismo, la brutalidad y la violencia.
P. Decía que, si de usted dependiese, detendría mañana la guerra. La mayoría de los israelíes le diría que….
R. Apoyo el fin de la violencia. Y solo es posible mediante una solución diplomática, que solo puede llegar con una intervención internacional. Si fuera primera ministra de Israel, lo primero que haría sería exponer claramente mis intenciones. Porque las intenciones son muy importantes. Eso no significa que sepa qué hacer mañana con el ejército. Por supuesto no podemos tener a terroristas de Hamás bombardeando a mi gente. No puedo arriesgarme a que vengan y secuestren más niños y violen más mujeres. Es un problema para el que no tengo una solución inmediata. Pero sé que tengo que decir que quiero una solución. Dos Estados para dos pueblos y hablar con quien quiera hablar conmigo, que por supuesto no es Hamás. Y que ayude la comunidad internacional. Si fuera primera ministra, nunca estaríamos en esa situación, para empezar, porque ya habría hecho la paz con los palestinos hace tiempo. Las dos partes tienen mucha responsabilidad por el fracaso de los intentos. Pero soy israelí, así que tomo responsabilidad por mi parte.
P. Entiendo a lo que se refiere, pero existe una urgencia sobre lo que pasa ahora en Gaza.
R. Quiero intervención internacional mañana.
P. Lo que significaría detener…
R. Significa que tenemos que parar. Leí algo que es una solución que propondría. La liberación de todos los rehenes israelíes y de todos los presos de seguridad palestinos. Los presos y los dirigentes de Hamás saldrían de Gaza hacia un tercer país. Es decirles: “No vamos a matarte porque significaría matar a todos esos civiles, pero tienes que irte. No es una opción para ti estar aquí. Creo personalmente que todos ustedes merecen morir después de lo que hicieron. La muerte que han causado no les da derecho a la vida. Pero no les mataré. No estarán aquí. No amenazarán a Israel, ni a los palestinos”. La comunidad internacional interviene. Estabilizamos la zona. Ayudamos a reconstruirla.
P. ¿Cómo se siente al ver las imágenes de Gaza?
R. Horrible. Es una pesadilla. No hablo por todos los israelíes, pero hablo por muchos, incluso muchos que no lo dirán ahora. Se sienten como cuando hablas con muchos palestinos, que dicen que no sienten por la parte israelí, pero lo hacen. Ahora tienen que estar de su lado, proteger a su gente, llorar con su gente, porque estamos en medio del trauma. Lo sé porque hablo todo el tiempo con los palestinos. Muchos, los de Gaza, sufren horriblemente, por todas las partes. Por Hamás, por lo que pasa, porque tienen conexión con Israel, amigos, proyectos juntos. Y hacemos esfuerzos personales enormes por ayudarlos. Les pasamos dinero para que compren comida de formas que no diré para no ponerlos en peligro.
Claramente sufro mucho sabiendo lo que está sucediendo a la gente del otro lado. No suscribo la propaganda israelí de derecha de que todos los habitantes de Gaza son culpables de lo que pasó el 7 de octubre. Veo a Hamás culpable, y también al Gobierno israelí, que fortaleció a Hamás y no hizo la paz. Hamás es culpable de la masacre. Los israelíes son culpables de no promover la paz, al igual que cualquiera que haya intentado impedirla a lo largo de los años. Las personas que impiden la paz tienen las manos manchadas de sangre.
P. Entonces There must be another way (Tiene que haber otra manera) es más relevante hoy que en 2009.
R. Por supuesto. Siempre hay otra manera. Hay que ser lo suficientemente valiente para encontrarla y seguir adelante.
P. Perdone que vuelva a los detalles. Pero si los líderes o milicianos de Hamas no quieren ir a otro lado, como propone,¿qué hacer?
R. Cuando ya estás en una situación de conflicto y guerra, estás en la mierda. La gente muere en la guerra. No hay nada que hacer al respecto. La idea siempre es intentar evitar la guerra en cualquier forma posible. Si presento un plan para detenerla y pido a mis socios en todo el mundo que lo hagan conmigo, pero hay un negativa, ¿qué se supone que debo hacer? ¿Morir? Porque eso es lo que Hamás me ofrece. No es una solución de blanco y negro y, desde luego yo no puedo dar una así. Como artista, entiendo muy bien la complejidad.
Cuando ya estás en una situación de conflicto y guerra, estás en la mierda.
Noa
P. Justo como artista, ¿qué cree que puede aportar con su voz y su fama a esta situación que no pueden aportar los generales, los políticos o el público en general?
R. El arte es reflejo de la complejidad del alma humana, nos permite ver cosas que no veíamos antes. Hice un concierto en Luxemburgo. En un momento, comencé a cantar: “Desde el río [Jordán] hasta el mar [Mediterráneo, una frase coreada en manifestaciones recientes y que continua “Palestina será libre”]… dos Estados para ti y para mí”. Es un ejemplo de lo que puedo hacer. Transformar una frase que se dice con ira y odio en algo en lo que todos podamos ser parte.
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