El dato de inflación (13.28 por ciento anual) que reveló el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Danés) el sábado pasado volvió a marcar un nivel histórico en el presente siglo, aunque con una particularidad, un ritmo de crecimiento mucho mayor del que traía en meses anteriores, lo que evidencia que estaría muy cerca de alcanzar su pico más alto en esta coyuntura para iniciar su descenso paulatino a niveles de entre 8.5 y 9 por ciento al cierre del 2023, según algunos expertos.
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No será algo inmediato, coinciden los consultados, quienes ven que romper la tendencia inflacionaria real podría tomar un par de meses más —hasta mayo—, por lo que el segundo semestre será muy diferente en esta materia.
Su confianza en ello radica en las nuevas circunstancias económicas tanto internacionales como locales que hacen que hoy los factores que cumplen ejerciendo sobre el costo de la canasta básica sean diferentes a los que la llevaron a los niveles record registrados en los últimos meses.
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Una vez a la fecha de la inflación anual de febrero pasado los alimentos tendrán un gran peso, contribuirán con 4.4 puntos básicos, mientras que su variación anual fue del 24.1 por ciento, es claro que estos están desacelerando de manera importante, cayeron 206 puntos básicos llegando a un fin, siendo los productos perecederos los protagonistas con un descenso de 576 puntos básicos.
«Todavía hay alguna presión sobre ciertos perecederos por cuenta de la tasa de cambio y el clima, pero mucho menos de lo que estábamos viendo el año pasado, cuando sobrevino el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania», comentó Sergio Olarte, Economista Senior de Scotiabank Colpatria.
Como se recordará, esto provoca que el costo de los fertilizantes, materia prima clave para la agroindustria, se pararara más de un 300 por ciento desde sus precios más bajos en diciembre del 2019 (238.16 dólares la tonada métrica) a los máximos observados en abril del año pasado (954 dólares), según John Baffes y Wee Chian Koh, investigadores del Banco Mundial.
Hoy el costo de dichas materias primas ha descendido (625 dólares en promedio), pero continúa en niveles altos por temas de disponibilidad y demanda de estas.
Este mayor costo fue sumó, en un momento, al de los altos flautas que ya la pandemia del covid-19, situándolos en niveles de más de 12.000 dólares para contenedores de 40 toneladas, pero que hoy han vuelto a rondar los 4.550 dólares en promedio .
Segun el Índice de Mercancías en Contenedores de Valencia (VCFI)indicador que mide la tendencia y evolución del costo del transporte de contenedores para el mar desde el puerto de Valencia, ha disminuido en promedio cerca del 11 por ciento, pero para Latinoamérica Pacífica la caída hasta enero fue de 14.7 por ciento.
Esta reducción de costos también se da, aunque no en grandes proporciones, por parte de algunos cereales que Colombia importaba para la producción de alimentos. Segun la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el índice de precios de los cereales muestra una caída cercana al 2 por ciento hasta febrero, mes en que el trigo y el maíz ligero tuvieron aumentos, 0.3 y 0.1 por ciento, respectivamente.
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Con ese panorama es claro que «los factores externos juegan cada vez un rol menos importante» en el desempeño de la inflación, dice Luis Fernando Mejía, director del centro de estudios económicos Fedesarrolloalgo en lo que Javier Díaz, presidente de Analdex, gremio de los exportadores colombianos, para quien los fletes y la logística ya no presionaron tanto como lo hicieron el año coincidieron.
el nuevo escenario
Si esta presión por factores externos es claro que hay ese espejo que tiene nivel interno que es lo que está impidiendo que la inflación en Colombia cambie pronto de tendencia, tal como ha sucedido en otras economías del mundo, como la de Estados Unidos.
Y en esto, según los analistas, hay un poco de todo, desde la persistencia de un consumo elevado, efectos por el alza en los precios de la gasolina y la tasa de cambio, hasta serios problemas de confianza en el país, como se lo dijo uno EL TIEMPO, el viernes de la semana anterior, Juan Pablo Córdoba, presidente de la Bolsa de Valores de Colombia (BVC).
En su opinión, superados los efectos externos de fletes, fertilizantes y la logística, hay que mirar el entorno local, donde la pérdida de confianza en el país Ha hecho que el peso se ha devaluado pero que tanto como otras monedas en la región hay una gran cantidad de dinero en la medida en que, digamos, el 50 o 70 por ciento de la canasta de bienes depende de la devaluación.
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“Colombia se ha devaluado más que otros países de la región por el ruido que ha generado desde las propias iniciativas, los mensajes del Gobierno y la confusión sobre el nuevo modelo económico que se quiere implementar, y eso se está manifestando en la tasa de cambio” , insistió el directivo.
No es el único que cree que el factor tasa de cambio es clave para el cambio de rumbo de la inflación.
Olarte, economista del Scotiabank, señala que los bienes importados siguen aportando a la inflación de manera importante, sobre todos los vehículos y los artículos de aseo, mientras que para Mejía, director de Fedesarrollo, sigue teniendo un exceso de demanda (alto consumo de hogares ), lo cual es el factor más determinante, sin dejar de lado el tema del precio de los alimentos.
Estos últimos, además, impactados por el paulatino ajus que traen los precios de la gasolina y el diesel, que solo este año han advertido 600 pesos.
«Los alimentos han bajado, pero creo que ahí el tema de transporte interno sigue siendo una variable particular por el incremento en los precios de la gasolina y el diésel, eso pesa», señala Díaz, de analdex, quien espera ver hacia adelante un mejor comportamiento de la inflación porque las otras variables (fletes, insumos y logística) ya no pesan tanto.
Optimismo para un descenso
Pesar de antemano la inflación de febrero, el presidente gustavo petro se mostró confiado que para el próximo mes esa tendencia al alza se quiebre y el país comienza a ver disminuciones en ese indicador de la economía.
«Se ha llegado al techo de la inflación enero y ha comenzado la desaceleración. Es altamente importante que ya no son los alimentos lo que jalona la inflación. cuánto Gorjeo.
Se agrega que se espera que esta disminución se refleje en los precios al consumidor, pues de nos ser así, se podría estar frente a un fenómeno de especulación que habrá que controlar.
Laura Peña, economista de BBVA Research, dice que los servicios deben reflejarse presiones de demanda y de indexación y se celeraron 36 puntos frente a enero. En el primer grupo destacan comidas en establecimientos de servicio a la mesa y comidas rápidas, mientras que en el segundo resaltan arriendo y matrículas.