Los republicanos moderados se plantan ante el candidato de Trump en la Cámara de Representantes | Internacional

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Elegir al presidente de la Cámara de Representantes venía siendo durante décadas una formalidad, casi un trámite. El grupo mayoritario se reunía, votaba entre sus candidatos y cerraba filas con el preferido. El ala radical del Partido Republicano rompió con esa tradición en enero en la elección de Kevin McCarthy, siguió sin respetarla la semana pasada al no aceptar la victoria interna de Steve Scalise y ahora, bebe de su propia medicina. Los republicanos moderados se han plantado ante lo que varios congresistas del partido han llamado “un golpe” y han rechazado por segundo día al candidato extremista, Jim Jordan, el favorito del expresidente Donald Trump.

Como campeón estatal de lucha libre en su Ohio natal, Jordan logró un impresionante palmarés de 156 victorias por una sola derrota cuando estaba en el instituto. Como candidato a presidir la Cámara de Representantes, ya suma dos varapalos. En la segunda votación, ha vuelto a quedarse sin lograr los 217 votos que necesitaba para ser elegido speaker. Si el martes logró 200 apoyos de su grupo, este miércoles ha obtenido uno menos. Un total de 22 congresistas de su partido le han dado la espalda. En la votación le ha superado el demócrata Hakeem Jeffries, con 212 votos, pleno de los suyos, pero sin posibilidades de sumar la mayoría necesaria. De momento, se ha levantado la sesión y lo previsible es que haya un nuevo pleno este jueves.

Para superar el bloqueo, los demócratas han propuesto otorgar poderes limitados temporalmente al presidente interino de la Cámara, Patrick McHenry, que tomó el mazo de speaker al cesar McCarthy y por designación de este, pero por ahora no está previsto que se vote esa iniciativa. La idea es que la Cámara pueda volver a funcionar, aunque no tenga un presidente permanente. Con ello, podría evitar el cierre parcial de la Administración cuando, dentro de menos de un mes, expire la prórroga presupuestaria aprobada hace unas semanas. También podría tramitar un paquete de ayuda a Ucrania e Israel que Joe Biden prevé pedir en cuanto sea viable. El presidente planea solicitar la autorización de un paquete de 100.000 millones de dólares que cubriría la ayuda a Ucrania e Israel.

Jordan, de 59 años, se ha encontrado con el rechazo de compañeros de partido moderados que se oponen a su elección por diversos motivos. Algunos representan a distritos con un electorado centrista, donde Biden ganó en las elecciones de 2020, y creen que elegir a un negacionista electoral aliado de Trump puede pasarles factura. Otro grupo pertenece a la comisión presupuestaria y ven en Jordan a un enemigo radical del gasto público, incluso cuando es para hacer frente a situaciones de emergencia y desastres naturales. Algunos, simplemente, se niegan a elegir a un congresista que fue señalado por la comisión que investigó el asalto al Capitolio por su papel en el 6 de enero de 2021. Jordan secundó los esfuerzos de Trump por anular la victoria de Biden en las elecciones de 2020.

Los moderados han recibido las presiones del ala radical y de medios conservadores para plegarse ante el candidato trumpista, que nunca ha firmado ninguna proposición de ley en el Congreso en sus más de 16 años de legislador. Ha sido más un agente del caos que un buscador de consensos. Un anterior presidente republicano de la Cámara de Representantes, John Boener, le llamó “terrorista legislativo”.

Jordan ha logrado menos apoyo de su partido, en realidad, del que tenía McCarthy para seguir en el puesto. Algunos congresistas proponen que se reforme la moción de censura o destitución, llamada moción para dejar vacante el puesto, y que se sustituya por una moción de censura constructiva, de modo que no se produzca esta situación de caos que conlleva el cese de un speaker sin que haya mayoría para elegir a un sustituto.

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El diario de orientación conservadora The Wall Street Journal criticaba esa actitud en un comentario que habrá hecho pitar los oídos de Matt Gaetz, el congresista que presentó la moción de censura: “¿Qué clase de amotinado idiota se apodera de un buque de guerra, arroja al capitán por la borda y se pasa dos semanas tirando de las cuerdas al azar, con la esperanza de que el barco llegue a la costa antes de que se agoten las provisiones?”, decía en su editorial de este miércoles.

La gobernabilidad se complica aún más porque el Senado tiene una mayoría demócrata de 51 a 49, mientras que la Cámara de Representantes, donde hay dos bajas, está dominada por los republicanos (221 a 212). Para la aprobación de cualquier ley, incluidas las presupuestarias, hace falta mayoría en ambas cámaras, lo que obliga a negociaciones, cesiones y compromisos, justo lo contrario de lo que es el historial de Jim Jordan, al que le gusta más pelear, como cuando era estudiante.

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