“Mi amigo Bill Murray siempre me dice que mi interpretación es mucho mejor doblada al español, así que la actriz que me dobla debería estar aquí arriba. María Luisa Solá me ha doblado en más de 30 películas, empezando con Alien. María, espero que me estés viendo esta noche, porque te lo agradezco desde el fondo de mi corazón”. Sigourney Weaver, la actriz ganadora del Goya Internacional, le dio las gracias de esta manera a la que es su actriz de doblaje en España durante la gala de entrega de los galardones. El gesto cosechó simpatías y aplausos.
“Estaba en casa, sentada, y me levanté y dije no puede ser, y me quedé mirando, como soñando, emocionada y sorprendida”, ha explicado Solá (Barcelona, 85 años) este domingo a la cadena de radio Rac1. Es la primera vez, según ha afirmado, que una estrella internacional reconoce su trabajo, y eso que ha doblado a muchísimas. La catalana no asistió a la gala en Valladolid porque la invitaron solo con un día y medio de antelación (probablemente cuando la organización conoció la mención en el discurso de Weaver) y no le dio tiempo de organizar el viaje.
Al escucharlo, muchos tuvieron que mirar en Google para saber de quién estaba hablando la estadounidense. Y en Google salía: Solá es una de las actrices de doblaje más importantes de España desde finales de los años 50 y, además de a Weaver, ha doblado a la plana mayor de la interpretación femenina de Hollywood. Ha sido la voz de Susan Sarandon en 61 películas, la de Helen Mirren en 46, la de Glenn Close en 41, la de Judi Dench en 35. También la de Mia Farrow, Jamie Lee Curtis, Diane Keaton o Jane Fonda. Es una de esas voces que podemos reconocer al instante aquí y allá cuando hacemos zapping, con la que nos hemos emocionado en la oscuridad del cine, o con la que nos hemos quedado adormilados tantos domingos por la tarde: una de las típicas voces sin rostro del doblaje. A veces reconocen su voz por la calle, aunque no saben decir exactamente de qué les suena.
“He trabajado muchísimo, por eso se me ha oído tanto”, dijo Solá en una entrevista con el canal de YouTube La cueva friki. Sus comienzos fueron en la radio, tras hacer un casting para Radio España, en Barcelona, cuando era una estudiante del Institut del Teatre. Así entró en el cuadro escénico, donde aprendió a hablar delante de un micrófono, a leer los textos dramáticos, todos los rudimentos de la profesión. Trabajaba haciendo radionovelas. Frecuentaba recitales de la poesía, le gustaba su voz, la apreciaba, su padre le enseñaba a declamar los poemas. Así llegó al doblaje.
“Si tienes la suerte de doblar a actores maravillosos y fantásticos, y yo la he tenido, eso lo facilita: solo tienes que hacer lo que ellos han hecho, aunque ellos han tenido más tiempo para ensayarlo. Lo que a ellos le ha llevado un tiempo, nosotros lo hacemos en una mañana”, decía en una entrevista en Patio de Voces de Radio 5 (RTVE). Así, ha sido la voz de personajes icónicos, como la Sarah Connor de la saga Terminator, la princesa Leia de Star Wars o M, nombre en código de la jefa de James Bond en varias de las películas del agente 007.
Por supuesto, la de la Doña Jimena interpretada por Sofia Loren en El Cid, la célebre película protagonizada por Charlton Heston. Fueron sus comienzos en el doblaje: “Cuando me dijeron que tenía que hacer a Sofia Loren casi me caigo al suelo del susto”, recordaba Solá. A partir de El Cid, que abordó recién entrada en la veintena, es cuando se convierte en dobladora de las mejores actrices de Hollywood. Llega a doblar tanto y a tantas que asegura conocerlas muy bien. “Sé hasta cuando van respirar”, decía en una entrevista con motivo de los premios Take de doblaje.
“El papel de Cruella de Vil me dejó la garganta hecha polvo, con aquellos gritos a los perros. Pero me encanta doblar a Glenn Close, que lo mismo te hace a Cruella que a una madre de familia”, recordaba en Radio 5. ¿Podría decirse que es una estrella del doblaje? “Las estrellas son las que salen en la pantalla”, sentenciaba.
“La actriz de doblaje siempre ha estado al mismo nivel que sus compañeros masculinos, pero tendríamos que ir a Hollywood y decir que por favor pongan más mujeres en los repartos”, afirmaba Solá en Radio 5. La mención de Weaver puso la guinda a un emotivo discurso de amor a la profesión, valoración del cine español y empoderamiento femenino. El agradecimiento a Solá fue tomado como lo que era: un reconocimiento a uno de los gremios más necesarios y dedicados en la industria audiovisual y uno de los más olvidados.
Solá ha tenido en alguna ocasión palabras sobre la falta de dicción de algunos actores españoles, a los que el público dice no entender. “Se hacen muchas producciones buenas en España, pero a veces te ponen en un aprieto, te preguntas, ‘¿me estaré quedando sorda?’, porque no entiendes lo que se está diciendo”, dijo a los premios Take. Para iniciarse en la dicción y el doblaje es preciso leer mucho en voz alta y con espíritu crítico: ayuda el grabarse y escucharse muchas veces para corregirse. La paciencia es fundamental en esta profesión, tanto para actuar con corrección como para progresar en la industria, opina la catalana. El futuro es incierto, algunos sindicatos de actores de voz (hay nueve en España), como el sindicato de Actores de Voz y Voice Talents de Madrid (AVTA), ya ha avisado de la necesidad de regular la inteligencia artificial para proteger la profesión. Piden, por ejemplo, la creación de un “acento IA” que permita a los oyentes diferenciar cuando escuchan una voz sintética.
Curiosamente, en el caso de María Luisa Solá, la estirpe continúa, haya tecnología o no. Su hijo, Sergio Zamora, es también un reconocido actor de doblaje que le ha puesto voz a actores como Colin Farrell, Joaquin Phoenix, Bradley Cooper o Matthew McConaughey.
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