La periodista Marta González Novo (Madrid, 49 años) ha estado un año encerrada en casa los fines de semana, llegando a descuidar algunas amistades y dejando de lado su gran pasión: bailar flamenco. La escritura compulsiva de su primera novela, Una Bañera de Hojas Secas (Plaza & Janes, 2023), ha absorbido su agenda; pero ahora que ha concluido el proceso y que el libro ha llegado a la segunda edición en cuestión de días, admite que el sacrificio ha valido la pena. Después de 12 años dirigiendo Hoy por hoy Madrid en la Cadena SER, su compromiso social y su vocación por la escritura la han empujado a contar la historia de Rebeca Agustí, una superviviente de maltrato con el que pretende alumbrar el camino de las personas atrapadas en relaciones tóxicas. Además de servir como manual de resistencia, sus páginas desgranan el arduo proceso de lucha contra un perverso narcisista y un sistema judicial impregnado de machismo.
Pregunta. El villano de la novela es Quídam. ¿Por qué eligió ese nombre para el maltratador?
Respuesta. Quería un término que representase la maldad absoluta. Algo que no merece ni ser nombrado. En mi familia hay un especialista cervantino y me habló del término quídam, que en su traducción del latín significa “hombre sin cabeza”. Me pareció perfecto para caracterizar al maltratador sin tener que poner un nombre concreto. Así, cada mujer puede identificarlo con el nombre de su propio verdugo.
P. ¿Quienes son los quídam de nuestra sociedad?
R. El maltrato es transversal, está en todos los sectores de la sociedad y nadie está a salvo. Por ejemplo, elegí que la protagonista tuviese estudios y una buena posición económica para demostrar que el maltrato va mucho más allá de los perfiles estereotípicos. Lo que sí creo es que hay un sector que me preocupa especialmente: la justicia. El sistema aún tiene mucho que avanzar en materia de violencia de género. Las víctimas son vulnerables, y muchas veces, su proceso jurídico las hace más vulnerables. Si llegas con un parte de lesiones, puedes evidenciar que te han pegado, pero… ¿Qué pasa con el maltrato psicológico? Y bueno, incluso si te han pegado, pocas se atreven a denunciar porque piensan que lo van a archivar o no va a servir de nada. No puede haber quídams dentro del sistema judicial.
P. ¿Por qué se lanzó a escribir una novela?
R. Quería contar la historia de una superviviente desde la ficción para ayudar a otras mujeres, tanto a la hora de detectar patrones potencialmente peligrosos como para salir de relaciones tóxicas. La protagonista, Rebeca Agustí, es un homenaje a mi abuela, Concha Agustí, que fue víctima de violencia de género. Rebeca es la heroína que Concha no pudo ser. Hay un 25,5% de mujeres que sufren maltrato con pensamientos suicidas. Muchas se suicidan, a otras las matan, y algunas sobreviven. En mi historia, quería una superviviente capaz de salir del abismo.
P. El libro es muy preciso desde el punto de vista psicológico. ¿Cómo se ha documentado?
R. En las dos décadas que llevo en la radio, he hablado con muchas víctimas de todo tipo de maltrato. Por ejemplo, me llamó la atención un grupo que acudía a un taller de podcast para aprender a contar sus historias en público. Hablar de lo que nos pasa siempre es terapéutico, pero vivimos en un mundo con demasiado ruido de fondo. Además, he hablado con la fiscal de la violencia de género, psicólogos y abogados especializados en la materia para poder reflejar la realidad de las víctimas con distintos puntos de vista.
P. A pesar de los avances, ahora mismo hay partidos negacionistas de la violencia de género en las instituciones.
R. Es innegable que hay muchas más mujeres que hombres maltratados. No entiendo cuando algunas figuras del PP compran los discursos o el estilo ultra. Por ejemplo, en Madrid, Vox quiere eliminar los Centros de Atención Psicosocioeducativa para mujeres víctimas de violencia de género (C.A.P.S.E.M), que hacen una labor fundamental para las víctimas. El equipo del [alcalde de Madrid José Luis Rodríguez] Almeida me ha confesado que, lejos de eliminarlos, los van a ampliar. Por eso no entiendo algunas declaraciones de cara a la galería. Tanto [Isabel] Ayuso como Almeida gobiernan con mayoría absoluta y no necesitan a Vox. Esto se les puede volver en contra en el futuro.
P. ¿Repiten los jóvenes los esquemas del machismo y la masculinidad tóxica?
R. Sin duda. La pornografía tiene mucho que ver. Los chavales acceden a ella sin límites sin que los padres puedan hacer nada. Así se aprenden las primeras nociones de machismo. Al aprender que eso es el placer, el amor o el sexo, ya no hay vuelta atrás. Uno de los primeros pasos para acabar con la violencia de género sería prohibir el acceso de los menores a la pornografía. También echo en falta una asignatura de educación sexual para concienciar a las nuevas generaciones, pero hay un abandono sistemático en este sentido independientemente del partido que gobierne.
P. Antes mencionaste que también hay hombres víctimas de maltrato y que sufren en sus relaciones. ¿Tiene algún mensaje para ellos?
R. Este libro también puede ser útil para los hombres. El otro día, durante la presentación, un chico se levantó de la silla, agarró a su novia y le pidió que por favor nunca le dejase convertirse en un quídam. Es fundamental que los hombres entiendan que no hay nada de malo en reconocerse vulnerables, expresar sus emociones o buscar ayuda. Si este libro sirve para ayudar a cualquier persona detecte patrones tóxicos al conocer a alguien, habrá sido un éxito.
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