Chita Rivera, cantante, actriz, bailarina y estrella del primer Broadway, que llenó los escenarios durante setenta años y 10 veces nominada al premio Tony (y tres veces ganadora), ha fallecido. Había cumplido 91 años hace una semana, el 23 de enero. La actriz de ascendencia puertorriqueña, una pionera en los escenarios y que ganó fama en Estados Unidos por su rol de Anita en el célebre musical West Side Story, ha muerto este martes en Nueva York, donde vivió desde su juventud, tal y como ha anunciado su hija, Lisa Mordente, tras pasar una corta enfermedad.
Rivera —nacida en Washington de padre puertorriqueño, saxofonista, y madre de ascendencia irlandesa y afroamericana, conserje en el Pentágono— tuvo su gran momento de reconocimiento en Broadway en el año 1957, precisamente gracias a ese papel de Anita, que luego llevaría al cine en la adaptación de 1961 la también actriz puertorriqueña Rita Moreno. En sus memorias, Chita, publicadas la pasada primavera, la actriz reconocía que cuando vio a Moreno en la gran pantalla sintió “una punzada de resentimiento”: “¿Pero cómo se atreve? Ese es MI vestido”. Sin embargo, la carrera de Rivera continuó con fuerza en los escenarios en los sesenta, interpretando a Rose Alvarez junto a Dick Van Dyke en Bye Bye Birdie. Su carrera no frenó hasta 2015, cuando tuvo su último papel en la obra de teatro The Visit (La visita), con la que logró su última nominación al Tony. Ella misma afirmaba entonces su vida estaba sobre las tablas y que no pretendía retirarse: “No sabría qué hacer si no estuviera moviéndome o contando una historia o cantando una canción. Es el espíritu de mi vida, y me siento afortunada de poder hacer lo que amo, incluso en esta época de mi vida”. Se esperaba una aparición suya en la biblioteca pública de Nueva York en septiembre de 2023, que canceló a causa de dar positivo en covid-19.
Tras debutar en 1950 Guys and Dolls, y además de en West Side Story y Bye Bye Birdie, Dolores Conchita Figueroa del Rivero Anderson participó en decenas de musicales como Can-Can, Merlín, Nine y El beso de la mujer araña. Fue parte del elenco de la primera Chicago, donde en 1975 interpretó a Velma Kelly, que hasta entonces era un personaje relativamente secundario, pero con la llegada de Rivera tomó más peso Tanto que le valió una nominación al Tony en 1976. En la película de 2002 Catherine Zeta-Jones se llevó un Oscar como mejor actriz de reparto por ese mismo papel. Después, en el año 2000, coincidiendo con el 25º aniversario del show, Rivera tomó el papel protagonista, el de Roxie Hart, y lo llevó a distintos escenarios del mundo, como Las Vegas, Toronto y Londres.
La actriz empezó su carrera desde muy niña, con apenas 11 años, cuando su madre (que se había quedado viuda con cinco hijos cuando Chita tenía solo siete años) vio que era tan inquieta e incontrolable que decidió apuntarla a clases de baile; como cantante y actriz fue autodidacta. Gracias a su inmenso carisma, con solo 15 un ojeador la fichó para estudiar con una beca en Nueva York. Solo tenía 17 cuando debutó, y 24 cuando se convirtió en Anita. Además, fue en el escenario de West Side Story donde conoció al que fue su único marido, el también bailarín Tony Mordente, con quien se casó el 1 de diciembre de 1957 y tuvo a su única hija, Lisa Mordente, hoy también actriz y cantante, el 30 de julio de 1958. La pareja se divorció en 1966. En 1986 Chita Rivera tuvo un accidente de tráfico en Nueva York al chocar contra un taxi que la dejó gravemente herida, sobre todo en una pierna: se le rompió por 12 sitios, necesitó de dos cirugías, 18 tornillos y de una intensa rehabilitación para volver a bailar, y según ella nunca se recuperó del todo. “No puedo estirar del todo, pero ya no tengo dolor”, aseguraba a The New York Times en 1993, siete años después, en su regreso a los escenarios. “El único problema es que la pierna me pita en el detector de metales del aeropuerto”, bromeaba.
En una entrevista de 2017 con Los Angeles Times fue preguntada acerca de si se sentía un modelo a seguir en cuanto a la diversidad, por ser una de las primeras mujeres de ascendencia puertorriqueña en triunfar en los escenarios. “La diversidad es algo maravilloso, porque todos tenemos mucho que ofrecer. Tuve la suerte de estar en West Side Story. También he tenido la suerte de interpretar papeles griegos, italianos. Nunca escandinavos o caucásicos puros. Bueno, no es verdad: hice la primera interpretación de Marilyn Monroe. ¡Con una peluca rubia puedes hacer maravillas! Lo que solo prueba que todos somos bastante parecidos”.
Además de con una treintena de papeles en Broadway, Rivera tuvo una extensa carrera en el cine y la televisión, con papeles pequeños y algunos cameos, además de con multitud de documentales. Es la intérprete más nominada a un premio Tony gracias a su decena de nominaciones (empata con Julie Harris y con Audra McDonald). Los tres que logró llegaron gracias a varios papeles. El primero, por actuar junto a Liza Minelli en The Rink en 1984, en una situación compleja, porque era la época en la que Minelli estaba inmersa en sus adicciones. El segundo, por su papel de Aurora en El beso de la mujer araña, en 1993. El tercero, ya en 2008, fue como reconocimiento a toda su carrera. Además, en 2002 recibió el Kennedy Center Honor en Washington, un reconocimiento que ni ella misma se creía: “Cuando me lo dieron, no podía creérmelo, no paraba de decir que se habían equivocado”, reconoció en alguna entrevista. En agosto de 2009, el entonces presidente Barack Obama le otorgó a Chita Rivera la máxima condecoración que EE UU puede darle a un civil, la Medalla Presidencial de la Libertad.
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