‘OT’ Gala 7. Si Juanjo es el favorito del público es que España está muy lejos de romperse | Televisión

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En Operación Triunfo, Una vez que se sobrepasa el ecuador del programa hay frases inevitables. “El nivel está altísimo”, han repetido varias veces para justificar que cualquiera pueda irse a la calle. Tan “cualquiera” que peligró la estancia en la Academia del favoritismo y hemos dicho adiós a una de las sensaciones de la primera gala.

Era blue monday, el lunes más triste —según la campaña publicitaria de una agencia de viajes a la que se le dio una pátina pseudocientífica y ahí sigue —y la melancolía se combatió con la energía de Just Can’t Get Enough, el primer gran éxito de Depeche Mode. La actuación grupal sirvió para echar un vistazo a los estilismos y constatar que una semana más podrían estar hechos con las bolitas de microplástico desparramadas por la costa cantábrica. No decae el fervor por lo sintético del departamento de vestuario.

El gran duelo de la noche enfrentaba a Chiara y Violeta, favoritas desde el inicio y la primera carpeta soñada del formato. No consta que el romance que intuyó el fandom más arrebatado tuviese alguna base real, pero sirvió para hablar de lesbianas, algo poco habitual, tan acostumbradas como estamos a que la L de LGTBIQ+ sea muda. Chiara interpretó Climb de Miley Cyrus como la interpretaría la mejor cantante de un concurso musical, pero como jamás la interpretaría su autora porque Chiara es la clase de persona a la que es imposible imaginar desmelenándose sobre una bola de derribo o desmelenándose en general. Violeta, sin embargo, completó una actuación imperfecta, pero llena de sentimiento de la delicadísima Blue Lights de Jorja Smith que remitió al impecable Crazy de su gala Cero. No es difícil imaginar que tenga futuro en la música fuera de la academia y eso es más de lo que se puede decir de la mayoría de los que siguen en ella.

Perder el foco

A juzgar por el porcentaje, casi un sesenta por ciento, el público tuvo menos dudas de las que cabría esperar por el nivel de las dos y eligió que fuese Chiara quien permaneciese en el concurso una semana más, la última en la que habrá un Nómada, o sea, un favorito, sin que hayamos entendido todavía por qué ING no se ha sacado de la manga una cuenta Sedentaria, que se ajusta más a lo que se considera un premio en la Academia, quedarse donde están un ratito más. Aunque hay que reconocer que eso de “cuenta nómada” suena muchísimo más glamuroso que “cuenta precaria”. La cuenta no cuenta para los que tienen dinero no dinero.

Si la semana pasada fue la de “la zona de confort” esta ha sido la de “no perder el foco”, ni una gala sin su muletilla. Los profesores lo sueltan y los concursantes lo repiten por agradar. Es cierto que es fácil distraerse y “perder el foco” cuando se ve la línea de meta tan cerca y los invitados que se acercan a la Academia te enfrentan a tu futuro. ¿Serás un Bisbal o un Miguel Nández? ¿Te espera la carrera de Aitana o la de Esther Aranda? Todos saben que ganar no te garantiza una carrera, pero todos quieren ganar.

Entre los que a estas alturas parecen reunir todos los ingredientes para tener una carrera garantizada están Paul y Ruslana que repitieron Bizarrap tras el Quédate de la semana pasada. Esta vez les tocó domar en endiablado Music Sessions, Vol. 45, más de 400 palabras que pondrían a prueba la retentiva de Funes el Memorioso y ellos rapearon bailando como si no entrañase ninguna dificultad. Y pronunciando, que tiene más mérito.

La máquina del tiempo del programa dio un giro más amplio de lo habitual para que escuchásemos a Juanjo defender La nave del olvido del mexicano José José. Uno de esos temas que ya solo se escuchan en un Cachitos Especial Nochevieja. Para que nada nos distrajese de la capacidad vocal del maño, la realización fue sobria cuando pedía unos visuales a lo Valerio Lazarov y al Ballet Zoom apareciendo sobre su cabeza en forma de poliedro.

Naiara como Bellingham

De un rosa total y muy poco favorecedor, Bea y Naiara se enfrentaron al Sweet But Psycho de Ava Max. A Naiara le pasa como a Bellingham, empezó tan fuerte que puede dejarse llevar hasta el final de temporada y todo el mundo seguirá creyendo que es la mejor del programa. Bea, totalmente “fuera de foco” parecía estar ensayando la cara que pondría ante la valoración de Buika y rezando para que le tocase en suerte Rozalen que siempre está en modo ser de luz.

Y entonces llegó lo que podemos llamar La maldición de Mai Meneses, básicamente por sacarnos algo grandilocuente de la manga. El siempre brillante Martín, favorito la semana pasada gracias a la versión pool dance de Alors on dance de Stromae, se despeñó por el asteroide de cartón piedra que presidía el escenario con la falsamente sencilla Tenía tanto que darte. Una canción sobre la que cada cierto alguien intenta asociar al aborto porque lo de los bulos no es exclusiva de los tiempos modernos aunque, como su compositora ha reconocido, versa sobre una ruptura, en este caso la de Martin con la afinación.

La alegría volvió a los corazones de todos gracias al entusiasmo de Álvaro Mayo, el hijo no nato de Marc Almod y Jimmy Somerville, la estrella que sabíamos que necesitábamos y no acababa de materializarse. Aderezó el energético Please Don’t Go de KC and the Sunshine Band con movimientos de voguing y Chenoa, que a pesar de la experiencia no ve dónde está el peligro, quiso indagar sobre sus conocimientos de tema. Por supuesto, Mayo no se remitió a su origen en los clubs neoyorquinos de los ochenta como puntualizó desde el jurado Cris Regatero, es que ni siquiera mencionó a Madonna, sino a ¡Ariadna Grande! Fue la versión real de Jamie Lee Curtis mirándose al espejo en Ponte en mi lugar y gritando: “I’m old!”, aunque esta referencia ya sea tan viejuna como citar Salida de los obreros de la fábrica de los hermanos Lumière.

La actuación estelar de la noche corrió a cargo de Chanel que un par de semanas antes de la celebración del Benidorm Fest se pasó a mostrar la canción que habría ganado Eurovisión 2024 y hasta la Eurocopa de Alemania si la dejan entrenar quince días.

Cerraron la noche Cris y Lucas a ritmo de Todo de ti de Rauw Alejandro y ambos se ganaron sentarse en el sofá de los nominados junto a Bea y Martin, que pasó de favorito a nominado mientras “su” Juanjo se hacía con el puesto de Nómada de la semana. Que se haya ganado el favor del público el vendedor de Jotalent, un tipo que tiene un disco titulado Con Jota de Juanjo, demuestra que España está muy lejos de romperse, es de adamantino. Lo que no evitaron los votos del público fue que Buika le dedicase un inquietante “voy a comerte todas tus cosas negras” porque ahora mismo la misión de Buika en el programa es proferir frases de las que piden mármol. “Sabrosura pa la cabeza y gozadera para la cuerpa” fue su Buikonsejo de la noche y no hace falta entenderlo para darle la razón.

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