Pedro Nuno Santos: “La UE debe reflexionar sobre la libertad que da a los Estados para resolver problemas” | Internacional

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Pedro Nuno Santos (São João da Madeira, 46 años), economista de formación, aspiraba a liderar el Partido Socialista portugués, pero no ahora ni de esta manera. El caso judicial que desencadenó en noviembre la dimisión de António Costa forzó unas primarias aceleradas, ganadas por el exministro con el 60% de los votos. También encabeza las encuestas para las elecciones del 10 de marzo. Aunque rehúsa anticipar escenarios, en esta entrevista celebrada en Lisboa el jueves, Pedro Nuno Santos reivindica la legislatura de la geringonça que ayudó a construir en 2015 y que podría vivir una segunda parte si la izquierda suma más que la derecha. Esta semana viaja a Bruselas y a Madrid, donde el martes se reunirá con el líder del PSOE, Pedro Sánchez, con el que comparte nombre y trayectoria de ave fénix. En 2022, el portugués dimitió como ministro de Infraestructuras y Vivienda por autorizar una indemnización de medio millón de euros a una administradora de la aerolínea TAP. Un escándalo que, lejos de enterrarle, le permitió regresar meses después pidiendo perdón y reivindicando las cicatrices.

Pregunta. ¿En qué pensaba hace un año, recién dimitido?

Respuesta. Es un momento muy alejado del actual, que era imprevisible. Estaba desilusionado y desanimado. Estábamos haciendo un trabajo muy importante, también en la [aerolínea de bandera] TAP a la que habíamos salvado y presentaba resultados muy positivos, ver eso interrumpido fue muy malo. Los errores forman parte de la vida y de la política, hay que asumir responsabilidades y seguir adelante. Y la verdad es que en menos de un año llegué al liderazgo del partido.

Pregunta. Asume el liderazgo en un momento traumático para el PS. Supongo que pensaba hacerlo en otras circunstancias.

Respuesta. Nunca antes de 2026.

Pregunta. ¿Cuáles fueron los errores del Gobierno del PS para llegar a esta situación?

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Respuesta. En relación con el caso que provocó la caída, no puedo decir mucho porque no sé si se cometió algún error. En esta tercera legislatura, tuvimos muchas salidas de miembros del Gobierno, pero en lo esencial, desde el punto de vista económico y social, la estabilidad estaba garantizada. El Gobierno no cayó por mala gestión, sino por un caso judicial que lleva a pensar al primer ministro que debe dimitir.

Pregunta. Perteneció a todos los Gobiernos desde 2015. El de la mayoría absoluta ha sido el más inestable.

Respuesta. A pesar de las salidas, no considero que, en lo esencial, la gobernanza fuese mal. Enfrentábamos un período inflacionario muy intenso y la respuesta que se dio era la correcta. En efecto, la legislatura no llegó a su fin, tampoco la anterior. La única que concluimos fue la primera, en la que llegamos a un acuerdo con otros partidos [geringonça].

Pregunta. Dos investigaciones judiciales han hecho dimitir al primer ministro y al presidente de Madeira. ¿Portugal tiene más problemas de corrupción que otros países?

Respuesta. No me parece que Portugal tenga más problemas que otros. Asistimos a casos judiciales en toda Europa. La independencia del poder judicial es un principio fundamental de nuestro Estado de derecho y debemos respetarlo y convivir con él.

Pregunta. ¿Cuánto contribuye a aumentar el apoyo a la extrema derecha?

Respuesta. Las razones para el crecimiento de la extrema derecha son varias. Una de ellas es que una parte de la población siente que la política no responde a sus problemas, está enojada y se aleja de los partidos tradicionales para unirse a las fuerzas populistas que lo prometen todo, lo que es posible y lo que no. En el caso portugués también influye la fragilidad del principal partido de centro derecha que lleva a muchos votantes a refugiarse en el populista Chega. Y obviamente los casos judiciales que involucren a políticos que gobiernan contribuyen a dar electorado al Chega, que se presenta como un partido antisistema pero que tiene los vicios de los peores políticos del sistema.

Chega se presenta como antisistema, pero tiene los vicios de los peores políticos del sistema

Pregunta. ¿Considera que algunas políticas de Bruselas, como las adoptadas durante la crisis del euro, empujaron a la población al voto de protesta?

Respuesta. La Unión Europea debe hacer una reflexión muy importante sobre cómo se organiza, cómo responde a las crisis y cuál es el grado de libertad que da a los Estados para que respondan a los problemas. Los ciudadanos no perciben que las elecciones europeas tienen consecuencias, se dan participaciones electorales muy bajas y votan más emitiendo juicios sobre la política nacional que la comunitaria. Al mismo tiempo exigen a sus Gobiernos respuestas que a veces no pueden ofrecer porque están condicionadas por Bruselas. Tenemos una arquitectura económica europea que impone normas estrictas a los Estados y limita su libertad para responder a los problemas nacionales. Cabe esperar que esta dificultad en la respuesta nacional se compense con una respuesta europea, sin embargo, esta respuesta europea no ha sido suficiente para compensar las restricciones que se imponen a los gobiernos nacionales.

Pregunta. ¿Los Estados han cedido demasiada soberanía financiera a Bruselas?

Respuesta. Soy defensor del proyecto europeo. Considero que el proyecto comunitario está inacabado y debemos mejorarlo. Hemos logrado una importante integración económica y financiera, pero necesitamos empujarlo para que sea también un proyecto social. Debemos debatir para lograr una arquitectura económica y política que facilite la defensa de nuestros servicios públicos y aborde cuestiones como el problema de la vivienda.

Pregunta. ¿Cuál es su principal rival en las elecciones: Luís Montenegro, líder del PSD, o André Ventura, de Chega?

Respuesta. Luís Montenegro, no cabe la menor duda. Chega y André Ventura también son nuestros adversarios. Es un partido populista, profundamente racista y xenófobo que hace promesas irrealizables desde el punto de vista presupuestario. Tener en Portugal un gobierno dependiente y condicionado por Chega es un problema de orden democrático por la forma en la que hemos vivido durante muchos años. Tarde o temprano, la derecha acabará trabajando unida porque se dará cuenta de que nunca podrá gobernar si no se entiende. Y este entendimiento entre el centro derecha y la extrema derecha será profundamente negativo para Portugal.

Pregunta. Si la derecha forma Gobierno, ¿concluiría ahí su carrera como líder socialista?

Respuesta. Solo nos centramos en el escenario de la victoria del Partido Socialista y no voy a especular sobre ningún otro.

Pregunta. Si fuera al revés y la izquierda pudiese pactar para gobernar, ¿cuál sería su fórmula preferida: una alianza parlamentaria o un gobierno en coalición?

Respuesta. Estamos concentrados en ganar. No rechazo los acuerdos que ya hicimos en el pasado, y en los que desempeñé un papel decisivo. Las negociaciones con el PCP y el Bloco fueron hechas por equipos dirigidos por mí y luego coordiné durante cuatro años los asuntos parlamentarios entre el Gobierno y esos partidos. Fue una experiencia gubernamental que funcionó bien y de la que los portugueses tienen un buen recuerdo. Pero tampoco está, en este momento, en nuestro horizonte.

El secretario general del PS portugués, Pedro Nuno Santos, durante la entrevista en la sede del partido en Lisboa.João Enriquez

Pregunta. Desde que ganó las primarias es el político más prudente de Portugal. ¿Teme asustar a los votantes moderados?

Respuesta. Los políticos, como todas las personas, van cambiando y madurando. Yo no he perdido mi voluntad de hacer ni mi voluntad de querer corregir los problemas. Ahora bien, yo siempre he sido socialista. No estuve en movimientos de extrema izquierda cuando era joven ni me convertí en socialdemócrata al cumplir 40 años. Soy el líder de un partido que aportará un nuevo ímpetu sin hacer ninguna ruptura con el pasado ni con la historia del PS.

Pregunta. Es también un partido que gobierna desde 2015 contra el que protestan ahora policías, sanitarios y profesores. ¿Le penalizará haber pertenecido a estos gobiernos?

Respuesta. No. La gobernación de los últimos ocho años fue muy positiva en distintos aspectos. Por ejemplo, el salario mínimo en Portugal era de 505 euros en 2015 y este año se sitúa en 820€. Las pensiones también han aumentado. Junto a eso hay problemas, algunos nuevos y otros que aún no se han resuelto. La administración pública tuvo salarios congelados durante años y eso tuvo consecuencias para retener al personal. A pesar de que los salarios han subido, queda un trabajo por hacer con los profesores, los sanitarios y las fuerzas de seguridad. Queremos que se sientan valorados y respetados. Tenemos que presentarnos con empatía hacia los problemas de los demás y con humildad para reconocer que no todos los problemas se resolvieron y que hubo respuestas que fallaron.

Tenemos que presentarnos con humildad para reconocer fallos

Pregunta. Portugal celebra el 50 aniversario del 25 de Abril. Usted ya nació en democracia. ¿Cambia la mirada haber crecido en libertad?

Respuesta. Debemos estar agradecidos a las generaciones anteriores, obtuvimos conquistas muy importantes con la Revolución de Abril y esto aumenta nuestra responsabilidad para defender este legado y tener la conciencia de que aquello que para nosotros es adquirido, no siempre lo fue y que tampoco estamos libres de que se cuestione y se desande. Vivimos mucho mejor que bajo la dictadura. Tenemos un Servicio Nacional de Salud, con todos los problemas que tiene, que atiende a todos los portugueses y la población que antes tenía una tasa de analfabetismo muy alta está hoy cualificada. Son grandes conquistas que deben preservarse, pero el sueño de tener una vida decente está lejos para los 1,7 millones de portugueses que viven por debajo del umbral de la pobreza. Queda mucho camino por recorrer en la lucha contra la pobreza, la igualdad de género y el desarrollo de nuestra economía.

Vivimos mucho mejor que bajo la dictadura, pero queda mucho por recorrer en la lucha contra la pobreza

Pregunta. ¿Sería la económica su gran reforma si se convierte en primer ministro?

Respuesta. Sí. Normalmente se dice que la derecha trata la economía y la izquierda, el Estado social. El PS se enorgullece de defender el Estado social, pero mi prioridad es la economía porque es la única manera de lograr salarios más altos, de evitar que nuestros jóvenes necesiten emigrar y obtener recursos para financiar nuestro Estado social. Portugal depende de algunos sectores industriales que necesitan mano de obra intensiva y del turismo, al que seguiremos apoyando, pero necesitamos industrializar Portugal, diversificar nuestra economía y hacer que aporte mayor valor añadido.

Pregunta. Respecto a España, ¿cuáles serían sus prioridades?

Respuesta. Tenemos una relación muy especial, compartimos una historia, es la única frontera terrestre de Portugal y nuestro principal socio económico. La cooperación entre los gobiernos de António Costa y Pedro Sánchez ha sido muy estrecha tanto para abordar problemas de los dos países como ante Europa. Yo quiero profundizar esta relación. Hay muchos temas comunes, pero destacaré dos. Estamos muy lejos de tener buenas comunicaciones ferroviarias y es incomprensible que dos países tan cercanos no las tengan. Nuestra prioridad es Lisboa-Oporto-Vigo. Galicia tiene una relación muy estrecha con el norte de Portugal, pero también estamos trabajando en la conexión que unirá Lisboa a Badajoz y Madrid y queremos conectar el Algarve y Huelva. El agua es el otro asunto. Compartimos cuencas hidrográficas y es necesario que Portugal y España cooperen para responder a uno de los mayores desafíos que enfrentaremos.

Es incomprensible no tener buenas comunicaciones ferroviarias entre España y Portugal

Pregunta. ¿Significa que Portugal desea una revisión del Convenio de Albufeira?

Pregunta. No quiero anticipar ni empezar por causar problemas diplomáticos, no es mi intención. Hay acuerdos que tienen muchos años y creo que tenemos que ir de la mano, porque el problema portugués no es provocado por España, que también tiene un problema. Ni el agua ni el cambio climático ni la desertificación tienen fronteras y por eso tenemos que trabajar juntos.

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