por qué dejamos de ir a la Luna y por qué ahora lo intentamos de nuevo

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El 7 de diciembre de 1972, exactamente cinco años, despegó el última misión tripulada a la Luna. El Apolo 17 alzó el vuelo de noche, aterrizó en la superficie lunar, planteó una serie de experimentos científicos y volvió a la Tierra sano y salvo. Medio siglo más tarde, la historia del ultimo viaje viaje lunar explicó por qué la humanidad dejó de ir a la Luna y por qué ahora inició un nuevo programa tripulado para volver a pisar el satélite terrestre. Abróchense los cinturones porque esta crónica viene con algún que otro sobresalto.

Empecemos por el principio. To listening los orígenes de la carrera espacial (o por que la humanidad invirtió una cantidad ingente de esfuerzo y dinero para ver qué había más allá de los confines de nuestro planeta) hay que remontarse a mediados de la década de los cincuenta del siglo pasado. El mundo acababa de sulir de la Segunda Guerra Mundial, las tensiones geopolíticas permearon la zona y Estados Unidos y la Unión Soviética estaban enzarzados en una Guerra Fría para demostrar su liderazgo. Fue en ese contexto que estas superpotencias iniciaron una pugna para ver quiénes eran los primeros en «conquistar» el espacio exterior. Primero con el envío de satélites y después con las primeras misiones tripuladas.

Los orígenes del programa espacial Apolo

El programa especial Apolo nación en el década de los 60 orientar los proyectos de exploración estadounidenses. El primer vuelo de este proyecto, conocido como Apolo 1, despegó a finales de febrero de 1966. En los cuatro años después lanzar un total de 10 misiones más que este programa hasta que, finalmente, el 16 de julio de 1969 el Apolo 11 surgió el «pequeño paso para el hombre, pero el gran paso para la humanidad» que supuso la primera caminata de un ser humano fuera de su planeta madre.

Siguiendo el Lanzamiento del Apolo 11Seguido en directo por más de 600 millones de espectadores en todo el mundo, los estadounidenses planearon una serie de lanzamientos más para seguir explorando la Luna (y todo sea dicho, para demostrar su poderío tecnológico ante sus rivales soviéticos). Solo cuatro meses después del viaje de Armstrong, Aldrin y Collins lanza el viaje del Apolo 12. Todo un éxito. Y cinco meses después, el Apolo 13. Y es aquí donde la historia empezó a torcerse.

El punto de inflexión

El viaje del Apolo 13, encabezado por los astronautas Lovell, Haise y Swigert, estuvo a punto de acabar en tragedia tras la explosión del tanque de oxígeno en uno de los módulos de la misión. Este incidente impidió el alunizaje de la nave y provocó fugas de oxígeno, agua y energía en el espacio nave. Los astronautas tuvieron que sobrevivir Durante días con estrictos racionamientos de comida y aguatemperaturas heladas debido a los problemas de calefacción ya una peligrosa acumulación de dióxido de carbono en el módulo espacial. Esta misión, definida por el mismo Lovell como «un fracaso exitoso», puso de manifiesto los peligros que se escondían tras las misiones espaciales y, en cierto modo, abrió el debate sobre la continuidad de este tipo de proyectos.

en bronceado solo seis añosel programa Apolo realizado un total de 17 vistas triples. Se estima que el proyecto costó unos 24.500 millones de dólares de la época (equivalente a 152.000 millones de dólares reales, según cálculos de la revista ‘Forbes’). Los primeros lanzamientos lograron atraer la atención de cientos de millones de espectadores en todo el mundo, pero Vuelo tras Vuelo el interés se fue disipando y, se han ‘relajado’ las relaciones con la Unión Soviética, mantener el ritmo del programa espacial se ha convertido en un algoritmo inviable. Tanto económica como narrativamente, era mucho más complicado justificar la necesidad de invertir tanto dinero en viajar a la Luna.

De Apolo a Artemisa

El último vuelo del programa Apolo fue, paradójicamente, uno de los más prolíficos de todo el proyecto. El Apolo 17 fue la primera mision espacial en incluir a un cientifico en su tripulación (el geologo Harrison Schmitt), una de las últimas que más experimentos científicos realizó sobre la Luna y la que más muestras de suelo lunar lograron traer de vuelta a la Tierra. También destaca por haber logrado check-in de la estancia a la Lunael mayor tiempo de órbita lunar y la mayor distancia recorrida en otro cuerpo celeste (por no decir que en los últimos momentos de la misión el capitán Eugene Cernan marcó sobre el polvo lunar the initials of su hija y se convirtió así en el único ser humano en haber escrito sobre la superficie de la Luna). «Descubrimos el llamado ‘suelo naranja’eso resultó en una de las más importantes hallazgos sobre los orígenes de la Luna”, recordó el astronauta Harrison Schmitt en una entrevista publicada por la NASA.

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Tras el éxito del Apolo 17, Estados Unidos tenía al menos otros tres lanzamientos programados (que correspondían al Apolo 18, 19 y 20). Los vuelos se acabaron cancelando por falta de presupuesto y,durante décadas, el sueño lunar está archivado en un cajón. Five years later, justo en el aniversario de la última misión tripulada a la Luna, todo apunta a que la humanidad se prepara para volver a pisar el polvoriento suelo lunar con el programa artemisa.

Este nuevo proyecto, cuya primera misión de prueba ha despegado hace tan solo un mes, está liderado por Estados Unidos, Europa y un conjunto de empresas privadas. El plan lleva a cabo el último proyecto primeras mujeres astronautas en el Luna en 2025 y, a su vez, a sentar las bases para que algún día las terrícolas puedan llegar hasta el planeta rojo y más allá. Hasta ahora, solo 12 terrícolas han pisado la superficie lunar. El lanzamiento del primer Artemis ya ha abierto un nuevo capítulo en la historia de la exploración espacial y en tan solo unos años, si no hay imprevistos, sumará más páginas a las crónicas lunáticas de la humanidad.

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