Es la caída de un mito. El hundimiento de uno de los rostros más conocidos del cine francés, tanto en este país como en el extranjero. Gérard Depardieu, aclamado y omnipresente en las pantallas durante décadas, está en el ojo del huracán. La reciente difusión de un vídeo inédito en el que el actor pronuncia comentarios misóginos y obscenos se suma a decenas de acusaciones de violencia sexual y a dos denuncias, una de ellas por violación. El caso Depardieu ha abierto, además, una reflexión sobre la connivencia de la sociedad con lo que solía ser uno de sus orgullos nacionales en medio del silencio de la inmensa mayoría del cine francés.
Su imagen está manchada desde hace tiempo. Por su exilio fiscal, por obtener la ciudadanía rusa, por codearse con el presidente Vladímir Putin o el dirigente checheno Ramzán Kadirov. Pero en las últimas semanas, el intérprete ha vuelto a estar bajo los focos, sobre todo tras su aparición en varios fragmentos de un vídeo, difundido el 7 de diciembre. Las grabaciones, que nunca habían salido a la luz, lo muestran de nuevo sin filtros, durante una visita a Corea del Norte en 2018. Ese mismo año, la actriz francesa Charlotte Arnould había denunciado al actor por una agresión sexual y dos violaciones.
“J’ai une poutre dans le caleçon !”
🔴 #ComplementDenquete a récupéré des images jamais dévoilées de Gérard Depardieu lors d’un voyage en Corée du Nord en 2018.
L’acteur a multiplié les commentaires obscènes à l’encontre des femmes qu’il croise.
▶️ Ce soir à 23h sur France 2 pic.twitter.com/dtOrb2AHF3
— Complément d’enquête (@Cdenquete) December 7, 2023
“A las mujeres les encanta montar a caballo. Sus clítoris rozan la silla (…) Disfrutan mucho. Son unas zorras”, se le escucha decir mientras visita un centro de equitación. Poco después, sexualiza a una niña de unos 10 años que practica el deporte. Las imágenes, que generaron una ola de indignación, forman parte de un documental no estrenado que realizaba el escritor y director Yann Moix, conocido por sus declaraciones machistas. En otra escena, el artista indica que pesa 124 kilos. Y le dice a una mujer, mientras le toca el hombro izquierdo: “Espera, que ahora no estoy en erección. En erección son 126″. Estos son solo dos momentos de la emisión Complément d’Enquête, que difundió las secuencias en la cadena pública France 2. El mito del cine francés se muestra sin filtros, realizando comentarios sexistas e inapropiados sin parar.
El reportaje ofreció además el testimonio de cuatro mujeres que acusan al actor de violencias sexuales. Una de ellas, la actriz Hélène Darras, interpuso en septiembre otra denuncia a Depardieu por una agresión sexual cometida durante un rodaje en 2007. La noticia trascendió un día antes de que la emisión saliera al aire. Una semana después de su difusión, el artista se vio también salpicado por la apertura de una investigación sobre la muerte de una actriz, Emmanuelle Debever, que se lanzó de un puente en el Sena. La intérprete, de 60 años, había acusado a Depardieu de agresiones sexuales en 2019.
El comportamiento de Depardieu “avergüenza” a Francia, reaccionó la ministra de Cultura, Rima Abdul Malak. El viernes anunció que se estudiaría retirarle la Legión de Honor, la máxima distinción francesa. Depardieu la recibió en 1996 de la mano del entonces presidente Jacques Chirac. El actor, que rechaza las acusaciones que pesan contra él, indicó al día siguiente por medio de sus abogados que ponía su condecoración a disposición de la ministra. Francia ya ha retirado esta insignia al presidente sirio, Bachar el Asad, al ciclista estadounidense Lance Armstrong o al diseñador británico John Galliano.
¿El fin del “monstruo sagrado”?
¿La sucesión de noticias de estas últimas semanas habrá sido la gota que colmó el vaso? Las imágenes tienen una resonancia particular a la luz de las acusaciones que existen contra él. Y provocan cierta incomodidad. ¿Cómo reaccionar hoy frente a esta leyenda nacional, conocida como el “monstruo sagrado”? Las respuestas no solo provinieron de la ministra de Cultura. En el exterior, François Legault, primer ministro de Quebec, la provincia francófona de Canadá, decidió retirar la medalla de honor al icono francés, con más de 200 películas y cuya propia presencia en un filme, a veces, permitía financiarla. La localidad belga de Estaimpuis, donde el actor vivió en 2012 para pagar supuestamente menos impuestos, le retiró el título de ciudadano de honor.
“Todos somos un poco culpables”, reconoció Marc Missonnier, presidente del sindicato de productores de cine durante la emisión. “Hubo una tolerancia [hacia Depardieu] que fue un error”, añadió. La actriz Anouk Grinberg, a su vez, apuntó: “Es así porque todo el mundo le permite ser así”. En una entrevista posterior a la difusión del reportaje, la intérprete denunció el “silencio ensordecedor” del mundo del cine.
Una denuncia que Marine Turchi, periodista de Mediapart, ha evidenciado en sus artículos sobre el caso. En abril, el medio de investigación reveló que 13 mujeres habían acusado al intérprete de Cyrano de Bergerac (1990) de cometer actos de violencia sexual durante rodajes de películas entre 2004 y 2022. Los testimonios —de actrices, maquilladoras, técnicas, figurantes y becarias— pusieron de relieve la ausencia de reacción de los equipos de rodaje. Según los testimonios, se intentaba relativizar la situación con la frase: “Oh, es Gérard”. Muchos de los hechos se produjeron antes del movimiento feminista #MeToo, que surgió a finales de 2017 en Estados Unidos y acabó con la condena del productor cinematográfico Harvey Weinstein.
Romper esta tolerancia toma tiempo, sobre todo en el mundo del cine, apunta la periodista. “Tras mi investigación en abril, ninguna organización del mundo del cine y ninguna figura de la industria reaccionó, con la excepción de la Société des réalisateurs de films (SRF) y la actriz André Bescond”, explica Turchi en un intercambio de mensajes. El actor, asegura, “sigue recibiendo el apoyo de algunos de los grandes nombres del cine francés, que han afirmado que es imposible que sea un violador”. Desde que se presentaron cargos contra él en 2018, Depardieu trabajó en 15 películas. Pero últimamente su presencia se ha hecho más discreta. En abril, fue apartado de la campaña de promoción del filme El sabor de las cosas simples. Y en octubre renunció a participar en una película del director Michel Haznavicius, “de mutuo acuerdo” con el realizador, guionista de The Artist.
El actor salió de su silencio el pasado octubre, a través de una columna publicada en el diario Le Figaro. En ella, denunció un “linchamiento” orquestado por un “tribunal mediático” e insistió: “Jamás, nunca jamás, he abusado de una mujer”. Un tribunal confirmó su imputación por violación y agresión sexual en 2022. En la carta abierta, reconoce algunos comportamientos provocadores e incluso “groseros”, y pide disculpas por ello. Pero, a la vez, lamenta las manifestaciones feministas que interrumpieron varios de sus conciertos en verano, durante una gira en la que interpretó temas de una icónica cantante francesa.
Su carrera sufre las primeras consecuencias. El realizador Fabien Onteniente dijo que ya no aceptaría trabajar con él. “No está en mis valores, no es posible cerrar los ojos sobre este tipo de comportamientos inadmisibles”, afirmó en la cadena Franceinfo. France Télévisions, la empresa de televisión pública, informó el lunes a la agencia France Presse que seguirá comprando y difundiendo “películas con Gérard Depardieu”. Manuel Alduy, director del desarrollo internacional del grupo, había dicho el 11 de diciembre a Libération: “No censuramos obras. Pero hacer una nueva película ‘con el nombre’ de Depardieu me parece muy difícil”.
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