En 2023 el público ya está acostumbrado a los luminosos que anuncian los muchos musicales ubicados en la Gran Vía madrileña, ante los que posa el actor vigués Alejandro Jato en la mañana de este pasado martes. Pero en 1975 las grandes producciones de Broadway y el West End no llegaban a España. Y todavía era menos improbable que lo hiciera Jesucristo Superstar, una ópera-rock que contaba la pasión de Cristo de un modo demasiado moderno para un país todavía regido por un dictador. En algunas cosas la ciudad no ha cambiado tanto. Miembros y seguidores del grupo terrorista de extrema derecha Guerrilleros de Cristo Rey asediaban noche tras noche las taquillas del teatro Alcalá Palace (hoy Nuevo Alcalá) para intimidar a los espectadores que se acercaban a comprar entradas para el espectáculo escrito por Andrew Lloyd Webber y Tim Rice. Nada de eso frenó al cantante Camilo Sesto. El artista alicantino logró poner en pie el ambicioso montaje que años atrás había visto en Londres. Lo logró dos semanas antes de la muerte de Franco.
De esa gesta en concreto trata Camilo Superstar, la nueva serie original de Atresplayer producida por Buendía Estudios que llega este domingo al catálogo de la plataforma. La ficción de cuatro episodios no es por tanto una biografía del músico fallecido en 2019, aclara Jato, quien lo interpreta en pantalla. “Para aliviar la presión, me centré en investigar quién era el Camilo alejado del cliché que tenemos de él, el de su última fase. Quería saber quién era ese veinteañero, qué le ocurría entonces, que es algo que no está tan cerca de la memoria del público”, comenta el actor en el centro de Madrid. El Camilo resultante es el que se apellida de nacimiento Blanes Cortés. También el que arriesga su patrimonio y su carrera para traer a España bajo su producción e inversión el que era el mayor espectáculo musical hasta esa fecha. Para ello, se rodeó de otros idealistas como él y se distanció de quienes no creían en su visión artística. El reparto principal de la serie lo completan Adrián Lastra como Teddy Bautista, Natalia Reyes como Ángela Carrasco y Elena Rivera como Paloma San Basilio, la que era la gran estrella musical del momento a la que Sesto tuvo que negar el papel de María Magdalena.
Justo antes, en el proceso de audiciones, Jato no se sentía presionado por interpretar a un mito de la música en español. “Yo no me veía de primeras en el personaje, así que fui muy tranquilo pensando que no me iban a llamar para una segunda prueba”, asegura el gallego. De la persona que ha descubierto tras el personaje se queda con la valentía y intuición de alguien que lo tenía muy claro. Sabía escuchar a su alrededor, pero lo justo. Tenía mucha intuición”, dice.
“Lo que cuenta la serie me ha hecho pensar a menudo en lo importante que es la cultura para un país. En especial para uno que lleva 40 años de represión. Cómo se moldea a partir del teatro que ve, el cine que ve y la música que escucha…”, comenta el actor. Cuando era un preadolescente, Jato acudió en su ciudad a un montaje de Tamzin Townsend y supo que quería dedicarse a estar sobre el escenario. Al día siguiente, su madre, una apasionada del teatro, le apuntó a una pequeña compañía de teatro clásico que había en su barrio. Él era el más joven entre alumnos que superaban la cincuentena y a los que daba la réplica en montajes como Otelo de Shakespeare. A sus 26 años, este exalumno de la escuela de Juan Carlos Corazza ya ha trabajado los más grandes de la escena española: de Miguel del Arco, quien sigue siendo su consejero, a Àlex Rigola y Marta Pazos.
Relatos conectados
Como le ocurrió al actor, la investigación realizada por el equipo de guion de la serie arrojó un resultado inesperado con respecto al artista que tenían en su imaginario, explica Tatiana Rodríguez, al frente del proceso de escritura. “Camilo Sesto era un artista increíble, el único que era intérprete, compositor y productor en ese momento. Por eso no nos preocupaba tanto caer en la parodia, ya que en esa época estaba en su máximo esplendor, como en encontrar la historia que había detrás de los hechos, sus motivaciones reales. Buscábamos un relato lo suficientemente interesante como para que, aunque no fuese Camilo Sesto su protagonista, funcionase igual”, cuenta la guionista este jueves por teléfono.
Para documentarse sobre la llegada de Jesucristo Superstar a España, recurrieron a la información publicada por la autora Marta García Sarabia en su tesis sobre la adaptación española del famoso musical. Y en el archivo audiovisual de esos años setenta encontraron muchos momentos de la que fue su primera gira por América Latina, que complementaron con la enorme cantidad de artículos sobre él que se publicaron entonces en la prensa escrita. Sesto, todo un profesional de la promoción, se mostraba muy tenso y medido en sus entrevistas e intervenciones públicas, por lo que los responsables de la serie investigaron el aspecto más íntimo del música a través de la madre de su hijo, Lourdes Ornelas. Con su testimonio y el de otras personas cercanas reconstruyeron al joven “apasionado, inconformista, valiente, que llevaba todo hasta las últimas consecuencias; el artista que no quería ser un producto”, comenta Rodríguez.
Precisamente en ese punto conecta de forma involuntaria la serie de Atresplayer con Bosé, otra de las muchas ficciones que recientemente han retratado España a través de sus ídolos pop. Camilo Superstar muestra la especial relación, entre la amistad y el amor, que una madura Lucía Bosé (en este caso encarnada por la modelo Eugenia Silva) vivió con un veinteañero Camilo Sesto. “Para él, ella fue un pilar muy importante en un momento de descubrimiento íntimo”, comenta la guionista. La serie muestra a la actriz italiana como un referente para el músico, que en esos momentos se encuentra en busca de una personalidad artística inédita en una España aislada por el franquismo. En los capítulos de Bosé, escritos por Boris Izaguirre, Ángeles González-Sinde e Isabel Vázquez en paralelo a los de Rodríguez, el espectador ve a una mujer que renuncia al estímulo intelectual que disfrutaba en Italia para vivir junto al torero Luis Miguel Dominguín en una España gris. Pero la influencia que ejerce en su hijo hace que éste se mire en el espejo de los grandes artistas internacionales y que, al igual que Camilo Sesto, intente huir del producto prefabricado que la industria musical espera hacer de él. De hecho, fue Camilo Sesto quien produjo el primer disco de Miguel Bosé.
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