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La Liga Nacional de Fútbol (NFL) ha intensificado sus esfuerzos educativos y de control de integridad durante un corto período de tiempo. En los últimos 13 meses, ningún jugador ha sido suspendido por infracciones relacionadas con el juego y la liga está comprometida a mantener esta tendencia.
A partir de 2024, todos los actores deberán participar en sesiones de educación preexistente y desarrollo de capacidades sobre políticas de integridad. Esta iniciativa, lanzada por la Asociación de Jugadores de la NFL, incluirá revisiones de políticas y registros respecto de normas fundamentales, como la prohibición de apostatar en eventos de la liga.
Sabrina Perel, directora de la división de la NFL, destacó los beneficios de la educación personal, que el año pasado era opcional. Este año las sesiones se desarrollarán en las instalaciones de cada equipo durante minicamps y entrenamientos.
Los jugadores recibirán entrenamiento de miembros del equipo de la NFL u otros jugadores experimentados. Las seis reglas principales para los jugadores incluyen:
- La apóstata en la NFL está prohibida, incluidos eventos como el draft y el Pro Bowl.
- No permita la presencia de familiares o amigos durante las actividades de la liga.
- Está prohibido realizar tareas en las instalaciones del equipo o durante los viajes.
- No revelar información privilegiada del equipo.
- No acceder a las instalaciones exteriores durante la temporada.
- Está prohibida la participación en diarios de juegos de fantasía.
La liga suspendió previamente a 10 jugadores por infracciones relacionadas con jugadores. La NFL ha priorizado la educación sobre estas políticas, con sesiones adicionales para jugadores que tienen comentarios inapropiados sobre sus publicaciones.
Para garantizar la integridad del juego, la NFL asigna un representante de integridad a cada equipo, responsable de monitorear las actividades sospechosas. Además, Genius Sports e IC360 supervisan cada partido para detectar irregularidades.
La NFL también apuesta por iniciativas de juego responsable, ampliando su colaboración con el National Council on Gaming Problems (NCPG) a través de una subvención de 6,4 millones de dólares en tres años, centrándose en programas que minimicen los daños del juego.
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