El presidente argentino, Javier Milei, ha designado a la nueva cúpula de las Fuerzas Armadas. El ultraderechista asignó a la Fuerza Aérea la jefatura del Estado Mayor Conjunto, el órgano que ejerce el mando máximo de los militares. Además, introdujo cambios en las direcciones del Ejército, de la Armada y de la Fuerza Aérea. Las modificaciones más drásticas se hicieron dentro del Ejército, donde Milei nombró a Alberto Presti como jefe de esta arma y pasó automáticamente a retiro a 22 generales. Para los analistas, el Gobierno de Milei está dando “un claro mensaje de empoderamiento” a los militares, que ocupan ahora también cargos de relevancia en el Ministerio de Defensa.
Los nombramientos publicados este lunes en el Boletín Oficial indican que el brigadier Xavier Julián Isaac será el jefe del Estado Mayor Conjunto; el contraalmirante Carlos María Allievi lo será de la Fuerza Aérea; el brigadier mayor Fernando Luis Mengo, de la Armada, y el general de brigada Alberto Presti, del Ejército. Con este último nombramiento, 22 generales de mayor antigüedad pasan automáticamente a retiro ―23 si se suma la renuncia del exjefe del Estado Mayor Conjunto, Juan Martín Paleo―. Es decir, dos tercios del cuerpo de comando, según la estimación hecha por el diario Clarín. Se trata del cambio más drástico en el Ejército desde el Gobierno de Néstor Kirchner (2003-2007), cuando el presidente peronista obligó a retirarse a 19 generales.
De esta forma, quedaron fuera de la estructura de dirección del Ejército los mandos que tenían vínculos con el Gobierno anterior, del peronista Alberto Fernández. Fabián Calle, politólogo especialista en temas de Defensa, advierte de que la decisión “no tiene ninguna significancia ideológica ni política”, como sí cree que tuvo en 2003. “Cuando uno mira los nombres, es un generalato homogéneo, ninguno es considerado ni de izquierda ni de derecha”, señala Calle, y valora que Alberto Presti fue elegido como jefe del Ejército por ser un militar “joven” y con “buena imagen” dentro de las fuerzas. El politólogo cree que la decisión responde a una “renovación fuerte del Ejército” que tiene que ver con la agenda de Defensa y seguridad de Milei. “Es un arma importante en la estrategia del Gobierno para el control fronterizo y la lucha del narcotráfico”, explica Calle.
Alineamiento con Estados Unidos
Además, los analistas están pendientes de ver cómo se traduce el nombramiento de Xavier Julián Isaac al frente del Estado Mayor Conjunto desde la Fuerza Aérea tras una década de conducción de ese mando por el Ejército. “Aventuro que va a haber una mirada más lineal de subordinamiento hacia Estados Unidos”, considera Luciano Anzelini, doctor en Ciencias Sociales y profesor de la Universidad Torcuato Di Tella. Una hipótesis que se condice con las intenciones de Milei, que desde la campaña electoral aseguró que su Gobierno se alinearía con Estados Unidos, Israel y “las naciones que respetan la libertad”. “Hay que ver cómo se reconstituyen las Fuerzas Armadas desde la mirada estratégica”, señala Anzelini, que fue funcionario del Ministerio de Defensa entre 2019 y 2022, bajo la gestión de Alberto Fernández.
El Estado Mayor Conjunto se consolidó como el máximo órgano de conducción militar tras la Guerra de Malvinas de 1982 entre Argentina y el Reino Unido. En ese momento se consideró que el fracaso en la guerra había respondido a la falta de acción conjunta del Ejército, la Armada y la Fuerza Aérea y el órgano empezó a cobrar mayor relevancia en el asesoramiento al ministro de Defensa, que hoy es Luis Petri, excandidato a vicepresidente por la alianza conservadora Juntos por el Cambio. Desde el regreso a la democracia, en 1983, la Fuerza Aérea ha tenido la jefatura del Estado Mayor Conjunto en tres periodos, entre 1985 y 1989, en 1992 y entre 2003 y 2013, un total de casi 15 años. El Ejército ha sido el arma que más tiempo ha estado al frente del órgano, unos 21 años en total desde el fin de la última dictadura, y la Armada solo ha tenido ese puesto de poder durante casi cuatro años.
Reclamos
Los miembros de las Fuerzas Armadas votaron en masa a Milei en las elecciones de noviembre de 2023, cuando el ultraderechista, líder de La Libertad Avanza, obtuvo el 56% frente al peronista Sergio Massa. El nuevo Gobierno deberá responder a algunos de los reclamos históricos del Ejército, la Armada y la Fuerza Aérea, quienes desde hace años demandan que sus sueldos estén equiparados a los de las fuerzas de seguridad y piden mayor presupuesto. Durante el Gobierno de Alberto Fernández (2018-2023), se creó el Fondo de Defensa Nacional y se inició un proceso de equiparación salarial con las fuerzas de seguridad que aún está en curso. Dentro de las Fuerzas Armadas esperan que esas medidas tengan continuidad.
En la campaña electoral, la compañera de fórmula de Milei, Victoria Villarruel, llevó la batuta en temas de defensa y seguridad. Hija, sobrina y nieta de militares, prometió aumentar el presupuesto de las Fuerzas Armadas mientras Milei anticipaba recortes en áreas como ciencia, salud y educación. Además, Villarruel negó el terrorismo de Estado durante la última dictadura, un discurso que no tuvo el predicamento esperado en los cuarteles, formados hoy por nuevas generaciones de militares. Tras el triunfo de La Libertad Avanza, sin embargo, Villarruel quedó a un lado. Las carteras de Seguridad y Defensa fueron para Patricia Bullrich y Luis Petri, respectivamente, cuya candidatura conjunta quedó fuera de la carrera hacia la Casa Rosada en la primera vuelta electoral; ambos se sumaron a Milei tras esa derrota.
El politólogo Fabián Calle señala que las mejoras salariales y presupuestarias que puedan impulsarse desde Defensa, sin embargo, estarán condicionadas por las que permita el Ministerio de Economía, que deberá controlar una inflación que avanza al 1% diario, según el Gobierno. “Los militares necesitan una economía estable, como cualquier ciudadano de a pie”, apunta Calle. El politólogo agrega que también “hay mucho por hacer a nivel simbólico”. Para el experto, el Gobierno está dando “un claro mensaje de empoderamiento de las Fuerzas Armadas”. Las designaciones de este lunes se suman a otras hechas en el Ministerio de Defensa, donde militares retirados ocupan cargos importantes, empezando por el viceministro, Claudio Ernesto Pasqualini. “Nunca tuvieron tanta presencia en el Ministerio de Defensa desde el regreso a la democracia”, señala el politólogo.
La institución vio reducida su financiación tras el regreso a la democracia y dejó de ser un actor relevante en la política argentina con el fin de la última dictadura militar (1976-1983), que causó más de 30.000 desaparecidos, según el recuento de los organismos de derechos humanos. Las Fuerzas Armadas habían controlado la política argentina por más de 50 años. En 1930 iniciaron con el primer golpe de Estado una larga serie que intentó reprimir, primero, al primer partido de masas de América Latina, la Unión Cívica Radical (UCR), y luego, a partir de 1955, al peronismo. Cuando entregaron el poder en 1983 habían sacado por la fuerza de la Casa Rosada a cinco gobiernos democráticos, sin contar los cambios de mando de palacio. Desde hace años, intentan mejorar su imagen.
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